Revista Diario
Ahora mismo tengo la cabeza como si tuviera un bombo dentro de ella. Los gritos en el patio de los niños de primaria que como las ventanas estén abiertas (y ahora lo están por el calor ) no te dejan dar ni clase. Los alumnos de 1º de la ESO que parece que en vez de en clase están en un mercado vociferando su mercancía ( no les entra en la cabeza que en clase no se habla) y con los cuales tengo clase los viernes a última hora. Mi hijo que desde que hemos llegado a casa no ha parado de hablar ni un minuto: "Por favor,D., callate un ratito". Y claro que se ha callado pero me ha puesto a Mickey Mouse en su casa y no se que es peor porque no aguanto la voz de este ratón, no me deja ni pensar. Solamente necesito un ratito de SILENCIO, POR FAVOR.