Revista Cultura y Ocio
Por favor, mátame. La historia oral del punk, de Legs McNeil y Gillian McCain
Publicado el 04 marzo 2011 por José Angel BarruecoPATTI SMITH: (…) [Sobre Jim Carroll] Jim es uno de los verdaderos poetas americanos. Es un verdadero poeta. Es un yonqui. Es bisexual. Se lo han tirado todos los genios, hombres y mujeres, de América. Toda esa gente se lo ha tirado. Vive una vida jodida. A veces tienes que sacarle del arroyo. Ha estado en la cárcel. Es un perdido. Pero, ¿qué gran poeta no lo fue? Me mata que Jim Carroll escribiera sus mejores poemas a los 23 años. Igual que Rimbaud. Tiene una inteligencia muy parecida a Rimbaud.
Uno de los mayores atractivos de este libro es que me he enamorado del personaje de Patti Smith: lo que Patti fue en las décadas de los 60 y 70. Ignoro la razón, pero yo no le había prestado mucha atención a esta poeta y cantante. Ayer, gracias al Spotify, estuve escuchando Land, su disco de grandes éxitos: una auténtica maravilla. No tardaré en leer sus libros Babel y Éramos unos niños.
Leigs McNeil, que también nos ofreciera esa enciclopedia sobre el porno que es El otro Hollywood, es uno de los autores de esta historia oral del punk y de todo el ambiente en el que se gestó, y refleja ambos con entrevistas a gente muy interesante: Iggy Pop, Patti Smith, los Ramones, Jim Carroll, Lou Reed, Jim Morrison, los MC5, los Stooges, Andy Warhol, William S. Burroughs, Johnny Thunders, Lester Bangs, Sid & Nancy, Sam Shepard, Nico, los hippies, los beatniks… Buen libro, revelador y muy entretenido, repleto de anécdotas y situaciones salvajes. Abajo os dejo lo que cuenta Morrisey sobre la muerte de Nico en Ibiza; Nico fue la cantante de Velvet Underground:
PAUL MORRISEY: Nico murió por no tener seguro médico en Ibiza. Vestía con aquellas odiosas ropas hippies de lana para ocultar su figura, que se había deteriorado a causa de la adicción a las drogas. Iba en bicicleta, con aquella ropa de lana, en pleno verano, y tuvo una insolación, que seguramente hubiese sido muy fácil de curar. Pero el hombre que la recogió en la carretera la llevó a dos o tres hospitales de Ibiza, y en ninguno de ellos la admitieron. Al final, la Cruz Roja la acogió, y allí murió.
[Traducción de Ricard Gil y Antón López]