Revista Salud y Bienestar

Por fin hay mayonesa sin aditivos

Por Moiseschacon @nomasaditivos

Hoy toca revisar la mayonesa, un producto del que ya me ocupé hace algo más de 3 años. El objetivo no es otro que comprobar si ha cambiado mucho el panorama o sigue igual. Antes, es importante aclarar el lío de la denominación, ya que no todo lo que nos venden es, técnicamente, mayonesa.

Según el Real Decreto 858/1984, la mayonesa debe contener un mínimo de 65% de grasa, en caso contrario, se denomina "salsa fina". Esto, que parece muy sencillo de cumplir, no es respetado por todos los fabricantes.

De hecho, en una inspección llevada a cabo el año pasado en Andalucía se detectó que casi el 20% de los productos analizados estaban etiquetados fraudulentamente como mayonesa, cuando en realidad eran salsa fina. En mi análisis también he hallado una que claramente no cumple (Ybarra Ligeroliva), y cuatro que están al límite (Hellmann's, Prima y Hacendado con el 68%, y La Villa con el 62%). Para mayor claridad, he utilizado un tono rosáceo para diferenciar los productos que son salsa fina de los que son verdadera mayonesa.

Aquí está la tabla comparativa de mayonesa y salsa fina:

Lo primero que llama la atención en esta tabla es la gran cantidad de aditivos diferentes que aparecen (¡25 distintos!). Lo segundo que me sorprende es que algunas marcas puedan llegar a contener hasta 9 aditivos, como La Villa (AldI). Y, por último, también me asombra descubrir que marcas de toda la vida como Kraft o Calvé, en realidad no son mayonesa, sino salsa fina cuyo principal ingrediente es agua.

Cero aditivos

La buena noticia es que, a diferencia de hace tres años, ahora sí he encontrado mayonesa libre de aditivos. Aunque tres de las cuatro son ecológicas (y, por tanto, algo más caras), también hay una que no lo es. Dos de ellas son marcas blancas de supermercados Lidl, y las otras son de Hellmann's e Ybarra. Aprovecho para agradecer a Jesús que se tomara la molestia de enviarme imágenes de alguno de estos productos.

Tampoco está de más aclarar, para evitar susceptibilidades, que el aceite de colza (como el que utiliza Kania de Lidl) no es perjudicial para la salud. Lo que pasa es que aquí en España sigue generando recelos debido a la intoxicación masiva que se produjo en los años 80 cuando unos indeseables vendieron a granel un aceite de colza que era para uso industrial, no para consumo humano. Pero, insisto, el aceite de colza no es malo.

También resulta recomendable la mayonesa Ybarra en envase de vidrio ya que solo contiene un aditivo y es inofensivo. Pero, muy importante, no confundir con Ybarra en bote de plástico ya que, para darle más fluidez, le añaden más agua y tres aditivos más, uno de ellos nada recomendable. Como norma general, los que van en botes de plástico para servir "a chorro" contienen más aditivos y más agua por aquello de la fluidez.

En rojo

  • E-211, benzoato de sodio. Conservante que puede provocar reacciones alérgicas a determinados grupos de personas. Puede generar residuos de sustancias organocloradas neurotóxicas. Además, es tóxico para perros y gatos, así que evita que tu mascota coma algunas sobras con salsa fina que lo contenga. Aquí puedes leer otros posibles efectos de su consumo.
  • E-320, BHA. Es un antioxidante que puede aumentar el colesterol en sangre, generar reacciones alérgicas y, además, existen sospechas sobre su posible carácter cancerígeno. La legislación no permite añadirlos a los productos infantiles. También existe riesgo de acumulación en los tejidos adiposos, y sospechas de provocar hiperactividad, entre otros efectos.
  • E-385, EDTA. Es un secuestrante de metales que, en dosis muy elevadas, puede evitar la acción correcta del hierro en el organismo, aunque es improbable alcanzar estas dosis a través de la alimentación. Pero, como las depuradoras de agua no lo descomponen, puede llegar a los cultivos y provocar la fijación de los metales pesados contaminantes.
  • E-466, carboximetil celulosa. Un reciente estudio con animales relaciona su consumo con dolencias intestinales inflamatorias como la enfermedad de Crohn y la colitis. El autor del estudio, no descarta que estos efectos apreciados en ratones también puedan darse en humanos.
  • E-950, acesulfamo potásico. "La aprobación de su comercialización se realizó únicamente en base a estudios sufragados por los fabricantes, por lo que desde diversos sectores científicos se reclama la realización de estudios independientes; máxime cuando algunos ensayos han encontrado que este edulcorante puede provocar alteraciones genéticas en ratones".
  • E-951, aspartamo. Aunque las autoridades sanitarias avalan su inocuidad, a mí no me gusta y lo evito siempre que puedo por los motivos que ya he expuesto en varias ocasiones.

Conclusión: ha mejorado la oferta de mayonesa sin aditivos con respecto a la comparativa que realicé tres años atrás.

Fuentes

- " ¿Veneno en su plato?". Editado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
- " Guía completa de aditivos alimentarios ".


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