Vamos a empezar la entrada de hoy con una verdad de perogrullo: Miles Davis fue uno de los más grandes e inquietos músicos de la Historia.
Y esta afirmación se basa en que durante su dilatada carrera Miles se atrevió a explorar, abarcar y trabajar distintos estilos y corrientes jazzísticas como el Bebop, Cool, Hard Bop, Jazz Modal... Llegando incluso en su última etapa a toquetear y jugar con un nuevo sonido que estaba saliendo de las calles norteamericanas: el Rap o Hip Hop, como quieras llamarlo.
Todo esto está muy bien, pero aquí vamos a hablar de la importante aportación musical que Miles realizó a finales de los 60 y prinicpios de la década siguiente, cuando al electrificar el Jazz e introducir elementos musicales propios de la Vanguardia, del Rock, del Funk y de una incipiente Electrónica, tuvo lugar el nacimiento de un nuevo subgénero que hoy se conoce como Jazz-Fusión, subgénero que Miles cultivó y que es uno de los períodos creativos de este hombre que más me interesan.
Según la mayoría de los entendidos y aficionados (con muy buen criterio creo yo) la obra de referencia del Jazz-Fusión es un disco doble de Miles Davis, grabado entre los días 19 y21 de agosto del año 69 titulado Bitches Brew. Atendiendo a los hechos, es cierto que hay otros trabajos anteriores que ya anunciaban lo que iba a venir, como por ejemplo los discos Miles In The Sky, Filles De Kilimanjaro y sobre todo In A Silent Way, pero es con Bitches Brew donde parece que se culmina y concentran todas las claves y esencias de la Fusión, además de ser el álbum que más fama y éxito tuvo de los cuatro.
Nunca el significado de la palabra "seminal" en el ámbito musical estuvo tan bien aplicado como en este disco. Un muy influyente álbum sobre el que pivotaría este nuevo sonido de la mano de artistas y grupos de diverso pelaje y procedencia, que podían poseer tanto formación Jazz como fue el caso de la Mahavishnu Orchestra (formada años más tarde con músicos que trabajaron para Miles: los tremendísimos John McLaughlin o Billy Cobham), Weather Report (integrada por miembros que también hicieron lo propio: Joe Zawinul, Airto Moreira y Wayne Shorter), como de bandas de corte más Rock y Progresivo caso de Colosseum y los magníficos Soft Machine (tanto en su momento primigenio psicodélico como su posterior evolución de jazz-rock extrañote). Y así otros tantos artistas y agrupaciones que deberían mucho a Miles.
El amplio abanico de grupos, con sus propias características y peculiaridades que se incluyeron dentro de este Jazz-Fusión es lo que dio después lugar a las típicas discusiones y diferenciaciones sonoras y de matices entre el Jazz-Fusión, Jazz-Funk, Jazz-Rock...
Que quede claro que yo soy partidario e intento dentro de lo que cabe minimizar el embrollo ese de las etiquetas, pero es un dato que creo había que señalar.
Pero bien, centrémonos, que se supone que el escrito de hoy iba a estar dedicado o enfocado a tratar el disco que Miles Davis publicó con Columbia en el año 1971, Tribute To Jack Johnson, así que vamos a ello de una vez por todas.
La gestación de Tribute To Jack Johnson como tantas otras obras de Miles, tiene su leyenda, historia o su anécdota curiosa: En este caso parece ser que Miles se retrasó a la hora de acudir al estudio, así que John McLauglin que estaba ahí como un clavo (puntualidad británica, ya saben), para pasar el rato mientras tanto, se dedicó a hacer una improvisación con su guitarra a la que se unieron progresivamente otros músicos presentes en la sesión, hasta que llegó al estudio Miles, que también se sumó a la fiesta de lo que sería más tarde el primer tema del álbum.
Como bien indica el título, esta grabación acabó siendo empleada como Banda Sonora de un documental-tributo a Jack Johnson. Una legendaria figura de los cuadriláteros, actor pincipal de una vida muy interesante: fue el primer Campeón de los Pesos Pesados de raza negra, un inconformista nato y un luchador incansable en favor de la igualdad y de los derechos civiles. Todo ello a principios del siglo XX, un ejemplo para las generaciones posteriores. Creo que hay unos cuantos documentales más sobre Jack, pero es que tiene una biografía que si Hollywood no la ha aprovechado ya para hacer un "biopic" de los que se llevan ahora no sé a qué espera. Quizá la sombra de Alí es demasiado larga...
Esta historia y vida de Jack Johnson conectó rápidamente con Miles, que también amaba y practicaba boxeo. Una disciplina que le sirvió para forjar su carácter, aliviar tensiones, focalizar y potenciar su talento musical jazzístico y porque veía muchas relaciones entre estos dos mundos.
He aquí unas palabras suyas en cuanto a esa relación jazz-boxeo que realizó a la revista Jazz Magazine en 1971:
"El boxeo es como la música: cada día se aprende algo. Boxeo porque me da fuerza. Y expulsa de mis pulmones el humo de la noche anterior. Y es bueno para tener buen soplo... Me permite quedarme pegado a la embocadura. No como esos músicos anticuados que se paran cada rato par respirar y, de este modo, hacen siempre frases de dos o cuatro compases. Son tíos que bajan la guardia. Yo no bajo la guardia cuando toco. En un grupo nunca debes dejar que el que toca detrás adivine cuándo vas a retirar el instrumento de tus labios y hacer una pausa. Es como en el boxeo, siempre hay que acorralar al adversario..."
Ya en postroducción, todo el material grabado fue moldeado y pulido por Teo Macero, uno de los más arriesgados productores de su época. Pionero en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y de las técnicas de edición y mezcla (empleo de numerosos efectos, superposiciones, secuenciaciones, "loops",...) Lo que viene siendo ahora el típico corta-pega de los samplers, pero todo ello manipulando las cintas de manera manual y artesanal. Una barbaridad de trabajo que tiene por mérito propio ser considerado una muestras más de los numerosos ejercicios precursores de la música Electrónica.
El resultado de esta labor fueron "Right Off" y "Yesternow", dos maratonianas piezas de unos 25 minutos aproximadamente de duración cada una, que nos mostraban un panorama sonoro más concreto, con una orientación todavía más clara y marcada hacia el Funk combativo (había conexiones con el rollo ideológico Black Power y tal) y hacia el Rock. Por tanto, más accesible para el gran público y para todos los que quieran acercarse al Miles setentero.
Y ya para los muy fieles a Miles, existe The Complete Jack Johnson Sessions, una caja de 5 CD´s cuajada de numerosas e interesantes tomas inéditas, siendo una de ellas este "Go Ahead John (Part Two A)": un corte de Funk oscuro, profundo y tenso que posteriormente apareció incluído ya como una versión final en Big Fun, un doble álbum recopilatorio del año 74, en el que destaca la precisión milimétrica del baterista Jack DeJohnette, el reiterativo e hipnótico bajo de Dave Holland y la guitarra eléctrica del maestro John McLaughlin (aunque eso sí, incomprensible y horriblemente mutilada, distorsionada...) Tenía que decirlo, pero es que para mí lo que hace McLaughlin es Gloria Bendita.
Bueno, que me sigo liando... En fin, que nos vamos a despedir con la toma en la que la omnipresente guitarra de McLaughlin aparece inmaculada...
Disfruten de este "Go Ahead John":