Revista Cine
Víctor Alvarado (publicado en www.paginasdigital.es)
No es la primera vez que el cine ha reflejado el síndrome del nido vacío, pues Daniel Burman ya lo hizo con su Nido Vacío (2008) y Antonio del Real en ¡Por fin sólos! (1994) de homónimo título al que estamos analizando, con Alfredo Landa y María José Alfonso, dio su punto de vista. En este caso, Lawrence Kasdan, recordado por El turista accidental o French kiss, trata el tema en una comedia dramática que, sin profundizar demasiado, establece unas coordenadas que permitan superar el problema sin dificultades.
¡Por fin solos! (2012) Cuenta la vida de una pareja de clase media, que han casado a la última hija que quedaba en casa y se encuentran deprimidos, pues ella (Diane Keaton) echa de menos a sus hijas y a su nieto, mientras que él (Kevin Kline) se cuestiona su capacidad profesional, aunque algo empezará a cambiar con la llegada de una mascota.
El cuatro veces nominado a los Óscar, Lawrence Kasdan (“desaparecido en combate” desde hacía varios años), se atreve con otra historia otoñal, ambientándola a la perfección con una excelente fotografía, respaldada por unos bellísimos paisajes, que puede conectar con todo el que busque un relato en el que haya algo más que efectos especiales que, por supuesto, en esta cinta no van a encontrar, donde el drama y el humor se van alternando adecuadamente para que el ritmo del largometraje no decaiga.
El reparto lo conforman actores veteranos de la talla de Sam Sephard, Richard Jenkins y Kevin Kline, actor fetiche del realizador, y las actrices Dianne Weiss y Diane Keaton, superando y mejorando con sus actuaciones la superficialidad de algunos aspectos del guión escrito por Meg, la mujer del cineasta, con diálogos que transmiten, eso si, naturalidad. De todas formas, nos gusta la magia del personajes de la gitana, interpretado por Ayelet Zener, aunque la interpretación no es tan buena como el mensaje que transmite, que gira en torno a la importancia de creer y de mantener la esperanza, como dando a entender que es la llama a lo que agarrarnos cuando las cosas se complican.
Finalmente, lo más destacable de Kasdan es que ha sido capaz de retratar bastante bien el valor de la amistad y la familia, proponiendo la comprensión y al amor como la llave para superar las dificultades que puedan surgir a lo largo de una relación de pareja.
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