Espero que Bayer, allí donde esté, no se me enfade por el título de este escrito, que he tomado por mío, porque siendo yo indigno, me veo obligado a tomar prestado lo que otros ya han dicho; que todo esto lo hago porque la situación lo requiere y no tengo exceso de ideas. En fin, estaba yo leyendo El Quijote, perdido entre las aventuras del loco hidalgo y su fiel escudero Sancho, cuando he caído en la cuenta de lo mucho que hemos perdido; esto es, el lenguaje y el estilo del castellano, no los sucesos de los mencionados personajes, que tengo bastante con leerlos porque yo, como Sancho, soy hombre inclinado a la calma y muy sosegado. Me ha sorprendido el lenguaje de los personajes de eso que llaman vulgo, vocablo exento de connotaciones negativas, porque hereda su raíz de la palabra vulgus, que no es otra...