Las manos son las embajadoras del gesto, del cuidado personal, del arreglo perfecto.
Y sin embargo en muchísimas ocasiones aparecen como las grandes damnificadas del cuerpo mostrando tanto en verano como en invierno los rigores a los que son sometidas, en forma de rojeces, deshidratación y dedos descamados.
Por eso hay que protegerlas con guantes de diferentes tipos, incluso a la hora de dormir con los de algodón, que deberían colocarse tras aplicar sobre ellas la cosmética específica en el momento de ir a la cama para que los activos de las formulaciones utilizadas penetran a mayor profundidad en la epidermis sin ser eliminados con el roce de las sabanas.
Algunas marcas cosméticas incluyen ese tipo de guantes en el pack de sus productos. En cualquier caso, tras los cuidados precisos las manos son muy agradecidas y los resultados se perciben casi de inmediato.
LAS MANOS HABLAN
Lo que jamás hay que olvidar es que hablan y que su arreglo dice mucho sobre la manera de ser de cada uno. Incluso pueden desvelar la profesión, el carácter y para quienes creen en la quiromancia, el futuro.
O sea, que se lo merecen todo, máxime por encontrarse expuestas a agresiones y continuos lavados. Unas manos bien cuidadas suelen pertenecer a alguien con una personalidad detallista, mientras que otras toscas y secas pueden ser de personas despistadas, olvidadizas y a veces desastradas.
Y cuando se dice que “hablan” es porque “dibujan” según los psicólogos el carácter: Unas manos en movimiento continuo se corresponden con personas espontaneas.
Unas manos contenidas lo son de personas tímidas.
Cuando se mueven con suavidad son de personas afables y cariñosas.
Las rugosas delatan una personalidad aventurera, las muy cuidadas a los muy detallistas, las descuidadas a los “despistados”. Las uñas largas a los atrevidos y las cortas a las personas prácticas.
En cualquier caso se recomienda adquirir hábitos como la hidratación