Este adagio, traducido literalmente de otro latino muy vulgar, encierra una regla de inducción por la que con mucha frecuencia se guían los naturalistas, y que Sancho aplicó tan oportunamente como el más pintado, al colegir la desmesurada corpulencia del león de la jaula. "Mire, señor, decía al temerario de don Quijote, que aquí no hay encanto ni cosa que lo valga, que yo he visto por entre las verjas y resquicios de la jaula una uña de león verdadero, y saco por ella, que el tal león, cuya debe ser la tal uña, es mayor que una montaña."
Lo hallamos también en un lindísimo pasaje del Licenciado Vidriera, que dice de esta manera:
"Y así como por las uñas del león se viene en conocimiento de su grandeza y ferocidad, así él sacó la de Roma por sus despedazados mármoles".
A corta diferencia dice lo mismo aquel otro refrán usado por el mismo Cervantes en la Tía fingida:
-Por la muestra se conoce el paño.Otros dicen:
-Por la muestra se saca el paño.-Por la víspera podéis sacar el disanto.