Revista Opinión

Por la virtud de la Cultura

Publicado el 07 octubre 2015 por Diariocubano

Tradiciones campesinas/Foto: Carlos Cánovas

Cuando las sociedades se debaten en medio de proyectos, enfatizando como meta el mejoramiento humano, la misma humanidad experimenta en esos cambios el verdadero sentido de la cultura. Ese sentido irradia en cualquier terreno y nos conduce a concluir que no existe nada ajeno a su concepto, porque absolutamente todo en la actualidad responde a un enfoque cultural: desde la raíz de la nación hasta las conductas más populares. Desde el costumbrismo aliado a las tradiciones hasta los modelos mejor ligados a la identidad, se pueden percibir las diversas modalidades de lo que llamamos Cultura.

En Cuba, esta concepción esta permeada de elementos indisolublemente ligados a los procesos de identidad regionales. El espíritu de la Nación Cubana, las tendencias primeras a la conquista de una ideosincracia que se fue gestando al calor de los siglos anteriores y la efervescencia admirable y patriótica que dejara en nuestro suelo la creación del Himno Nacional, son rasgos importantísimos para entender esas virtudes que nos acercan con profundidad a este concepto.

“La cultura es lo que el hombre hace y lo que hace al hombre. No se reduce a las bellas artes o al consumo estético exquisito, debe ser entendida como fenómeno integral, que abarca la totalidad de las manifestaciones del ser humano como creador individual y como ente social”, expresó el especialista Luis Brito Garcia en 2003, en el marco de la Conferencia presentada durante el III Congreso Internacional Cultura y Desarrollo.

Es el fenómeno social que mejor nos define porque atañe a nuestros orígenes, razas, estilos, actitudes y aptitudes. Además, es una especie de vocación capaz de ser revelada a partir de nuestros comportamientos.

Alguna vez escuché una expresión que de cierta forma aplica en este contexto: Tener Cultura no significa sostenerse intelectualmente a la altura máxima de un nivel único de conocimientos variados, sino saber expresarse o comportarse en cada estrato, espacio o entorno social en plena identificación”.

Y es que hoy se habla de cultura medioambiental, culinaria, deportiva, médica, meteorológica, etc. Existe, por ejemplo, cultura laboral, basada en el dominio que se posea sobre mecanismos de trabajo y en el tipo de empleo que desempeñe un sujeto. La masificación del término deriva en Cultura Popular.

En fin, me atrevo a cerrar este comentario con otro de sus conceptos mejor enfocados por el gran Fernando Ortiz, que en breves palabras la definió como ese “conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un período determinado”.

Indudablemente, Cultura lo es todo.

Por: Ernesto M. Sarduy Lorenzo.

Via:: Diario Mayabeque


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