Revista Cultura y Ocio

¡Por mis cojones testifico!

Publicado el 04 febrero 2015 por Ad Absurdum @AdAbsurdumBlog
¡Por mis cojones testifico!Cuando pensamos en un testigo que realiza un juramento, casi siempre vendrá a nuestra cabeza la imagen de una persona poniendo su mano sobre la Biblia y alzando la otra mano mientras suelta una serie de palabras que, si salen de la boca de un político, ya sabemos que no se cumplirán.Pero señores, ¡estamos ante una grave discriminación histórica! Pues... ¿cómo harían entonces los romanos (previos a todo este follón religioso, al menos en parte) para juramentarse?Según se dice, los romanos echarían mano de su propia fisionomía para dar fe de que lo que iban a decir era verdad. Echaban mano de su entrepierna y alegarían algo así como lo representado en la imagen de la derecha.Así, la palabra testículo estaría formada por testis (testigo) y culus, un sufijo utilizado como diminutivo. Por tanto, los testículos serían algo así como los "pequeños testigos".Ahora quedaría la duda de cómo testificarían las mujeres. Puede que tuvieran que echar mano de algunos pequeños testigos cercanos.Otra teoría del origen de esta palabra tiene que ver con el papado, y ya la tratamos en una entrada de este blog.REFERENCIAS
  • Joan Corominas, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, ed. Gredos.

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