Hay un agujero en mi alma que ha estado matándome por siempre, es un lugar donde un jardín nunca crece. Hay un agujero en mi alma, si debería haberlo sabido mejor, porque tu amor es como una espina sin rosa.
Aerosmith – A hole in my soul.
Depresión, es una palabra que comúnmente escuchamos en la calle, en nuestras casas, en la escuela, etcétera. Es un hecho que los seres humanos en por lo menos 1 ocasión hemos llegado a sentirla, aunque sea en su fase más leve. Sin embargo, debemos hacer una diferenciación entre tristeza y depresión, ya que la primera nos puede llevar a la segunda, sin necesariamente la tristeza ser depresión.
La tristeza es un sentimiento que tenemos los seres humanos en respuesta a una pérdida real o imaginaria de algo significativo. Podríamos decir que dependiendo de qué tan significativa sea la pérdida, la tristeza puede o no convertirse en depresión.
Y a todo esto…¿Qué es la depresión?
Hablando desde el enfoque cognitivo conductual de Aron Beck la depresión consiste en un patrón de pensamientos negativos respecto de si mismo del mundo y del futuro, es decir la persona con depresión suele considerarse a sí mismo como una persona sin o con pocas razones de ser amado, que el mundo exige más de lo que él puede dar o aportar y que estas situaciones nunca cambiaran.
Este tipo de pensamiento proviene de un círculo vicioso que mantiene la depresión hasta que la persona deprimida pueda llegar a privarse de la vida.
En este círculo: la persona tiene una pérdida real o imaginaria, que la atribuye a un evento adverso o a un horrible defecto de sí mismo, tralada la pérdida y la causa al pasado presente y futuro, anticipándose a las situaciones y volviéndose pesimista de las mismas, lo que genera tristeza y apatía, ocasionando cambios motivacionales y finalmente ideación suicida pues piensa que haga lo que haga vivirá sufriendo y/o haciendo sufrir a los demás. Este circulo se repite ya que en cada una de las etapas, puede experimentar una nueva pérdida debido a la conducta que ocasionan sus pensamientos y emociones, agravando cada vez más el caso.
Según el DSM IV hay criterios para diagnosticar y diferenciar la depresión de la tristeza y otros trastornos psicológicos como distimia. Entre los principales está el tiempo de 6 meses a un año que ha presentado la sintomatología de: aumento o disminución considerable del estado de ánimo, ciclo de sueño, disminución de actividades placenteras, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad y culpa de manera constante e irracional. La depresión puede además clasificarse en diferentes grados dependiendo de la intensidad, temporalidad, y adición de nuevos síntomas. Por lo mismo la depresión es considerada como una enfermedad mental, ya que el reto del psicólogo es ayudar al paciente a reinterpretar adecuadamente la realidad y romper con este ciclo. Cuando la sintomatología es leve después de un tiempo la enfermedad puede remitir sola, dependiendo de las fortalezas del paciente.
Referencia:
Terapia Cognitiva de la Depresión – Aron Beck
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