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A pesar de que las bacterias causantes del acné (Propionibacterium acnes ) viven en la piel de todos los individuos, en el rostro de una de cada cinco personas solo aparecen espinillas ocasionalmente, mientras el resto de los mortales ve como su cara se inunda de granos en la adolescencia, y a veces incluso en edades más avanzadas. ¿A qué se deben estas diferencias? Científicos estadounidenses de las universidades de California y Washington han llegado a la conclusión de que existen dos tipos de cepas de bacterias del acné : unas “malas”, asociadas a las desagradables espinillas, y otras “buenas”, que mantienen la piel sana y libre de granos purulentos.
Concretamente, en los experimentos los investigadores recogieron muestras de los poros de la piel de un centenar de sujetos, la mitad de ellos con espinillas, y llegaron a aislar más de 1.000 cepas diferentes. Entre ellas identificaron dos cepas de P. acnes que aparecían en uno de cada cinco voluntarios con acné pero no en quienes tenían la piel limpia. Paralelamente, los autores del estudio hallaron una cepa habitual en pieles sanas pero ausente de los rostros con espinillas.
“Sospechamos que esta última cepa tiene un mecanismo de defensa natural que le permite reconocer a los atacantes y destruirlos antes de que se produzca la infección que da lugar a las espinillas”, asegura Huiying Li, profesor de farmacología en la UCLA.
Según explican los autores en Journal of Investigative Dermatology, es posible que el nuevo hallazgo permita evitar el acné antes de que empiece a aparecer usando cremas probióticas con las cepas de bacterias “amigas” que impidan que las causantes del acné invadan la piel. Otra opción que barajan Li y sus colegas es desarrollar fármacos que maten las cepas malas pero preserven a las protectoras, acabando para siempre con el acné. Una gran noticia teniendo en cuenta que al menos el 80% de las personas sufren acné en algún momento de su vida.