En la Edad Media se pensaba que el desequilibrio de los humores-sangre, flema, bilis y atrabilis o bilis negra-era la causante de la mayoría de los males y que para curarlos había que restablecer la cantidad exacta de sangre en el cuerpo.” Sacando la sangre se saca la enfermedad” era el lema de los médicos. Las extracciones casi siempre se realizaban en primavera, época que se consideraba de renovación para toda la sangre del cuerpo. Las practicaban los barberos: primero metían el antebrazo del paciente en agua caliente, luego le aplicaban un torniquete, el paciente agarraba un palo para que su mano estuviera apretada y, con una lanceta de unos 3 cms,le hacían un pequeño corte, por el que extraían la sangre de una de las cinco venas mayores, cada una de las cuales correspondía a un órgano vital, y eran depositadas en un recipiente donde se medía la cantidad de sangre que se extraía.
También se utilizaban las sanguijuelas. El método consistía en poner las sanguijuelas en la parte afectada del paciente y el gusano absorbía la sangre antes de caerse.