Revista Filosofía

¿Por qué cayó el comunismo?

Por Anveger

¿Cómo es posible que un sistema formado por tanta cantidad de países, que representaban más de un tercio de la superficie terrestre se desplomase? ¿Cómo podemos explicar que un sistema comunista, que en tan poco tiempo pasó a convertirse en una superpotencia industria, colapsase? ¿Qué pasó en esos casi setenta años de comunismo? Si todo estaba regulado, controlado y manejado por un planificador, y nada se dejaba al arbitrio del mercado, ¿por qué tal desplome?

I

Las desventajas de hacerlo todo

Como veremos, la razón principal de la caída de comunismo es porque el comunismo viola una ley económica esencial, inscrita en el genoma humano. A igualdad de circunstancias, cuanto más grande sea un organismo, un país o una empresa, más difícil será controlarlo. Más alejado de la gente se hará la dirección del organismo, menos circunstancias se tendrán en cuenta en la toma de decisiones, menos importará el individuo o el cliente, etc.

Es esta misma razón por la que los monopolios son inviables en un mercado libre. Se harán tan grandes que perderán el contacto con el consumidor, no sabrán cuales serán las necesidades de éstos, y la competencia lo hará mejor que el monopolio, por lo que los monopolios están condenados a la desaparición. De hecho, ¿cuántos cientos de veces es superior el número de empresas grandes al de empresas pequeñas?

Un ejemplo perfecto de ello es el monopolio informático de IBM. IBM controlaba la industria informática al completo: diseño de software, de hardware, microprocesadores, distribución, etc. Era el supergigante informático. Sin embargo, la competencia cada vez lo hacía mejor. Apareció Microsoft que le comió el terreno en el software; luego apareció Intel que hizo lo propio en los microprocesadores; un buen número de empresas distribuidoras, etc. Muchas pequeñas empresas fueron especializándose en determinada actividad informática, y esto le quitó todo el poder monopolístico a IBM.

Esta misma razón explica por qué la mayoría de las empresas prefieren externalizar algunos de sus servicios, es decir, contratar a otra empresa que se dedique a hacer unas labores determinadas. Por ejemplo, la empresa Puleva contrata a una empresa específica para llevar los productos desde la fábrica al mercado mayorista. Esta empresa está especializada en el transporte, mientras que Puleva no; a Puleva le sale más barato externalizar el servicio de transporte que especializarse en él.

En definitiva, cuantas más labores concentre una empresa, país u organismo, y más centralizado sea este, peores resultados se lograrán. La URSS era la quintaesencia de ello: un Estado gigantesco que lo controlaba absolutamente todo, lo dirigía todo, lo monopolizaba todo. Así era imposible conocer bien lo que cada persona o grupo de personas demandaban. Y mucho más imposible era especializarse para aumentar el rendimiento, porque a todo se dedicaba el Estado.

II

Autarquía

Otro de los motivos que explican el desplome del comunismo es la negación del comercio internacional. La URSS no comerciaba con ningún país que no formase parte de la liga comunista, por tanto, no podía beneficiarse de la especialización del comercio que ofrecía el mundo.

En EE.UU en aquel momento un agricultor producía en una hora lo mismo que producía 57 en la URSS. A la URSS le hubiese salido mucho más rentable comprarles la comida que producirla. Y esto les ocurría con multitud de países y multitud de productos.

En definitiva, no se lo producían todo ellos porque fuesen pobres, eran pobre porque se lo producían todo, en lugar de comerciar.

III

Separación de oferta y demanda

Como vimos al principio, cuando un organismo se hace inmenso, ya no es posible discernir con claridad cuales son las necesidades del consumidor. Y mucho menos si tal organismo no está sometido a las leyes del mercado, de la oferta y la demanda, y se deja todo al arbitrio de un dictador.

Así, en el comunismo, la demanda iba por un camino, y la oferta iba por otro. Se dice que un país entra en crisis cuando produce más o menos de lo que se demanda; pues en el caso comunista la situación era aún más grave: oferta y demanda no tenían nada que ver.

A menudo se suele argumentar que la ventaja del comunismo es que no genera crisis cíclicas, mientras que el capitalismo sí. Eso es tan cierto como afirmar que la ventaja de estar muerto es no tener enfermedades.

De hecho, la causa de que la URSS se industrializarse de esa forma tan rápida fue la separación de la oferta y la demanda. Los Planes Quinquenales daban absoluta prioridad a la industria pesada, y todos los recursos se trasladaron allí, mientras que, al mismo tiempo, la gente moría de hambre. ¿Realmente la gente quería morir de hambre a cambio de tener fuertes industrias que pudiesen enviar sondas al espacio? No lo creo.

Es decir, la industrialización rápida de la URSS más que un aspecto positivo del sistema, fue un aspecto negativo, porque se desperdiciaron los pocos recursos que contaban los países en producir cosas que nadie quería. De modo, que cuando la industria soviética comenzó a crecer, ya empezó a germinar la primera semilla del desplome de su sociedad.

Igualmente podemos aplicar este análisis a Cuba y a Corea del Norte. En Cuba todos o casi todos los recursos se destinaron a la sanidad. La sanidad es importante, pero no creo que una persona prefiera sacrificarlo todo a cambio de tener un buen médico. La prueba de ello es que en los países con libertad económica, la sanidad no tiene tanto peso como en Cuba. En Corea del Norte todos los recursos están destinados a la guerra, y a la proliferación de armas nucleares. ¿Quiere esto un ciudadano medio para su vida? Me temo que no.

IV

Transición al capitalismo

De hecho, cuando los países comunistas iniciaron su reconversión hacia el capitalismo, el paro no paraba de aumentar  y la producción (PIB) no dejaba de caer. ¿Cómo es posible esto? Porque la oferta y la demanda empezaban a entenderse, y se dejaba de producir lo que la gente ya no quería; el comerció abrió las puertas a comprar bienes del exterior, mucho más baratos y de mejor calidad, por lo que las industrias nacionales, casi todas quebraron de la noche a la mañana.

A medida que pasaba el tiempo, se iban creando empresas que iban especializándose y ofreciendo productos competitivos, sometidas a las leyes de la oferta y la demanda, entonces el paro tan creciente en las economías de transición empezaba a bajar. El momento culminante es cuando la industria nacional, toda está conectada con el consumidor, y se produce lo que se quiere. Este momento lo alcanzaría países como Estonia, Letonia y Lituania. Y otros países, como Rusia o Rumanía, se quedarían estancados en el proceso de reconversión.

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