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por Diego Ignacio Mur -BWN Patagonia
Cristina Fernandez de Kirchner, Julian Domínguez, Julio De Vido y el Gobierno Nacional en su totalidad, así como el diario de Noble y Magnetto ocultan la ocurrencia de cáncer, infertilidad y malformaciones fetales relacionadas al glifosato, y llegaron a manipular estudios científicos contra el uso del agrotóxico de Monsanto, además de ocultar información vital.
El marketing del gobierno para culpar solo a La Nación (Bartolomé Mitre) o Clarín por promocionarlo, el papel real de Expoagro y los negocios kirchneristas. Estudios científicos avalados por la Ley en diversos países del mundo, incluyendo Estados Unidos, certifican la toxicidad del Round Up Ready de Monsanto (glifosato), señalando el grave daño que este químico junto a los cultivos genéticamente modificados y las semillas terminador causan no solo a los seres humanos sino también al medioambiente. Gilles-Eric Séralini, docente de biología molecular en la Universidad de Caen, en Francia y presidente del Consejo Científico de Investigación Independiente en Ingeniería Genética (CRIIGEN), un investigador de primera línea acerca de los riesgos de los transgénicos demostró, por ejemplo, ante la comunidad científica y la Ley que la toxicidad hepatorrenal, es causa de los agrotoxicos diseñados específicamente para cada cereal transgénico. Sumado a esto se observan consecuencias metabólicas directa o indirectamente provocadas, para las cuales la modificación genética no puede ser excluida. Cancer, infertilidad, abortos, malformaciones fetales, en seres humanos y animales.
Asimismo Marie Monique Robin periodista científica e investigadora, autora de El Mundo Según Monsanto y el reciente libro “Nuestro veneno cotidiano”, brindó evidencias suficientes como para asegurar que Monsanto esta destruyendo la biodiversidad global y la salud no solo humana sino de todas las especies del planeta. Parálisis y otras afecciones neurológicas, además de mutaciones letales en la flora intestinal y problemas reproductivos son otras de las consecuencias que provocan los productos de Monsanto, como el glifosato o el DDT.
A pesar de ello, Argentina fue pionera en Latinoamérica en utilizar los productos de Monsanto, y el consumo de glifosato asciende rápidamente: En 1991 se emplearon sólo 1 millón de litros, y para el año 2009 la cantidad creció, prácticamente, alcanzando los 200 millones. Esto significa el 8,5% de la producción mundial, ya sea por el uso de productos nocivos de Monsanto o Cargill etc, Y la utilización de glifosato, cultivos GM y semillas terminador sigue aumentando.
El diario oficialista Tiempo Argentino, expone una verdad a medias, que es una mentira entera.
En su edición de hoy explica que existe una variada “gama” de ONGs, expertos, victimas de las fumigaciones y cierta parte del arco político nacional denunciaron como motivo mas obvio para explicar “este fenómeno”, la increíble cantidad de productores agropecuarios cuyos intereses encajan en el conocido “modelo sojero”, donde creen equivocadamente que el glifosato debe ser un elemento absolutamente necesario para una mayor rentabilidad (sobre lo cual no existe evidencia científica) y en el que aparecen en escena gigantescas transnacionales, corporaciones de medios de comunicación leales a estas compañías y empresarios, “políticos de diferentes extractos y altos funcionarios públicos, muchos de ellos relacionados entre sí”.
El diario kirchnerista El Argentino aconseja observar un cuadro falaz y mentiroso que omite información para corroborar lo anteriormente expresado diciendo “ver: Quiénes lo defienden”, donde “Quienes los Defienden” es una columna colorida en el extremo derecho de la segunda pagina de su articulo.
El Argentino atribuye a estos motivos que en Argentina no hay una legislación responsable, pese a los alarmantes descubrimientos científicos sobre la toxicidad de los productos de Monsanto y demás competidores, que reglamente o prohíba, como lo hacen en Europa, la utilización de estos agrotoxicos o agroquímicos. Sin embargo la responsabilidad exclusiva de que no exista ni el más mínimo control por parte del Gobierno Nacional, ni tampoco estudios sanitarios serios al respecto, corresponde por el momento a Cristina Fernandez de Kirchner, quien se lleva muy bien con el 4% de los terratenientes que poseen el 64 % de los cultivos de soja transgenica y cancerígena en Argentina. Estos mega terratenientes amigos del poder y que no son mencionados por El Argentino son Cresud(CRES) del Grupo Einstein, Adecoagro de George Soros (Impulsor de la despenalización de la droga a nivel global, y vinculado al movimiento mundial para “solucionar el problema de la superpoblación”. Vende soja con cáncer, financia campañas de vacunación con fármacos letales y fomenta las drogas), LIAG Terrateniente australiano, GROBOCOPATEL.
El modelo financiero de los cultivos transgenicos con productos de Monsanto moviliza millones de dólares anualmente mientras corrompe al medioambiente y contamina cientos de poblaciones. Cabe señalar que jamás se ha probado científicamente que los productos de Monsanto beneficien realmente a la producción agrícola y que por el contrario si se corroboró que puede causar estragos económicos.
La soja tampoco es el alimento ideal para el futuro sino un invento de marketing de Monsanto impulsado por grandes grupos financieros quienes buscan provocar una disminución en la población global induciendo el cáncer y la infertilidad, tal y como lo hacen exactamente los mismos inversores (ejemplo: Rockefeller, Soros, Bill Gates) con campañas de vacunación, donde los fármacos producen efectos adversos similares a los del glifosato. De paso, este químico destruye a las abejas, encargadas de la polinización y la calidad del aire que respiramos. Por el contrario, la ciencia a determinado que el Amaranto, considerado por los chacareros ignorantes “una mala hierba” es el cereal mas nutritivo del mundo, que cura el cáncer y ayuda a prevenir múltiples enfermedades. Para el cultivo de amaranto no son necesarios los productos de Monsanto, ya que se extiende fácilmente como una “plaga”. Fue utilizado por la NASA para los astronautas por sus propiedades excepcionales (vitamínicas y proteinicas) y además fue la única planta en germinar en el espacio, esto entre otras muchas bondades que posee el Amaranto.
Dato adicional: El Amaranto fue sagrado para los Incas, Mayas y Aztecas, por sus cualidades curativas y alimenticias.
Obviando a los amigos del Gobierno Nacional: Cresud(CRES) del Grupo Einstein, Adecoagro de George Soros, LIAG Terrateniente australiano y GROBOCOPATEL, dueños del 60 % de los cultivos transgenicos en Argentina, el diario oficialista El Argentino menciona a La Leonesa, en la provincia de Chaco, como uno de los ejemplos del negocio transgenico y uso de agrotoxicos. “Allí, uno de los pocos estudios oficiales que se realizaron en el país certificó que, en los últimos 10 años, los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos crecieron un 400%”. De acuerdo al diario kirchnerista, el estudio estuvo a cargo de profesionales de organismos estatales pero, paradójicamente, el gobierno de Chaco rechazó las conclusiones, producto de los fuertes intereses que existen en la provincia vinculados al negocio de la soja y el glifosato.
La soja transgénica desembarcó en Argentina en 1996, de la mano del por entonces secretario de Agricultura de Carlos Saúl Menem, Felipe Solá. Nuestro país fue el segundo, luego de Estados Unidos (Sede de Monsanto), en darle vía libre a su aprobación, plagada de irregularidades. Además, una serie de procedimientos administrativos y análisis requeridos por organismos ambientales cayeron en saco roto. Todo el procedimiento tenía la sombra de Monsanto: el expediente administrativo estaba escrito en inglés y jamás fue traducido. Contaba con 136 folios pero 108 pertenecían a informes presentados por la multinacional estadounidense.
“Si existe un país en el que la multinacional haya podido hacer todo lo que le viniera en gana sin el menor obstáculo, ese es Argentina”, describió la periodista francesa Marie-Monique Robin, en un capítulo de su famoso libro “El mundo según Monsanto”.
Monsanto es la mayor corporación en el mercado de los cultivos geneticamente modificados, las semillas terminator son solo son utilizables una vez, es decir los agricultores no pueden utilizar las semillas de una cosecha a partir de semillas terminator, porque son inertes y además de acuerdo a un severo contrato con Monsanto, para cada siembra deben comprar nuevas semillas. Estos granos fueron diseñados para resistir al Round Up Ready (agrotóxico a base de glifosato, también de Monsanto).
Pero la corporación norteamericana además produce la Hormona de Crecimiento Bovino, que produce mastitis a las vacas en los tambos argentinos, inflamándoles las ubres y causándoles un terrible dolor. Los animales que sangran y despiden pus. La excusa de Monsanto es que así las vacas darán un 20 % más de leche, cuando no existe escasez de este alimento. La leche contaminada es bombardeada con antibióticos y colorante, y finalmente causa cáncer de próstata y mamas en consumidores humanos.
En el año 2006 la soja procuró mas de 7000 millones de dólares en beneficios. El arribo a la Argentina tuvo el aval de funcionarios públicos, políticos y los grandes grupos de comunicación.
Acompañando a Solá, Héctor Huergo, familiar de Ernestina Herrera de Noble y actual director del suplemento y el canal Rural de Clarín fue otro de los promotores de los productos de Monsanto, entre los cuales se encuentra el Round Up Ready (glifosato), y la soja transgénica para cultivos GM. Huergo estuvo a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) desde febrero hasta el mes de noviembre del año 1994, habiendo sido nombrado para la funcion por el secretario de Agricultura de Menem.
En esa época, la mujer de Huergo de nombre Silvia Mercado, trabajaba como apoderada de prensa de Solá.
Según declaraciones del ingeniero agrónomo e historiador, Alberto Lapolla a Tiempo Argentino: Huergo destruyó al INTA. Sin tener reparos morales al dar rienda suelta al negocio de los cultivos genéticamente modificados de Monsanto, diseñados específicamente para la utilización del glifosato, este pacto comercial se realizó con Monsanto y Nidera. Huergo además posibilitó el acceso a los registros confidenciales de la institución. Los que se opusieron a su infame accionar fueron echados del INTA rápidamente.
“En la actualidad, Huergo se ha transformado en el mayor propulsor y amigo de la soja transgénica y el Round Up Ready (glifosato) en nuestro país”, aseveró Lapolla.
Alberto sabe perfectamente quien es Huergo, ya que compartieron sus días de estudiantes concurriendo juntos a la Universidad de Buenos Aires y a la misma facultad (Agronomía).
La vinculación entre Clarín y las corporaciones que producen y comercializan productos biotecnológicos para la agricultura (altamente dañinos para la salud humana y el medioambiente) es grosera y plenamente verificable: Usted mismo puede observar que las ediciones del famoso suplemento Rural del grupo de medios de comunicación más poderoso de la Argentina está infestado con propaganda de Monsanto, Cargill, Syngenta, Nidera, Basf, Bayer, etc,
Estas nefastas compañías aseguran suculentas ganancias por publicidad a Clarin, que sin escrúpulos sigue acumulando dinero mientras respalda indirectamente a los mismos productores que el Gobierno Nacional: Cresud(CRES) del Grupo Einstein, Adecoagro de George Soros, LIAG Terrateniente australiano y GROBOCOPATEL.
Otra coincidencia entre Clarín, La Nación, e incluso Perfil con el kirchnerismo es el apoyo a las vacunas cuestionadas en todo el planeta por sus efectos adversos, que causan los mismos efectos que los productos de Monsanto: Cáncer, esterilidad, tumores cerebrales, abortos, malformaciones, etc. Con el financiamiento, esta vez, de la corrupta Organización Mundial de la Salud y la mafia de la industria farmacéutica.
En junio de 2008, Clarín Rural daba cuenta de una nota titulada “Ambiente, semillas y calidad de vida”, que derrochaba loas en torno al “compromiso” de la multinacional estadounidense “orientado a contribuir a aumentar la producción mundial de alimentos en vistas de su creciente demanda (…) poniendo constantemente foco en el cuidado del medioambiente”.
El suplemento dirigido por Huergo, hace caso omiso de las denuncias vinculadas a los efectos de los agroquímicos sobre la salud. Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero y sus tragedias cotidianas no figuran en sus páginas, las intoxicaciones y enfermedades vinculadas al uso intensivo de agroquímicos no existen Tampoco las expresiones del Movimiento Nacional Campesino Indígena, que hablan de “desastre sanitario”; ni del ambientalista del grupo de Reflexión Rural, Jorge Rulli, que atribuye al “modelo sojero” un “genocidio encubierto”. Todas las notas relacionadas al uso del herbicida reflejan la postura del multimedios frente a esta amenaza. En septiembre de 2009 “Un espaldarazo para el glifosato”, afirma que un informe realizado por expertos del CONICET concluyó en que “usado responsablemente, el producto no implica riesgos para la salud humana”; sin embargo Clarín omite decir que los científicos del CONICET subrayaron que “en la Argentina no existen suficientes datos sobre los efectos del glifosato en la salud humana, por lo cual sería importante promover la realización de los estudios pertinentes”.
El doctor Andrés Carrasco, que trabaja desde hace casi 30 años en desarrollo embrionario y presidió el CONICET, efectuó en 2009 una investigación en la que comprobó que el glifosato produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en los campos argentinos. “El glifosato es un veneno, aunque algunos quieran sacarle ese mote y decir que es un químico. Es un veneno porque mata hierbas”. El informe cayó mal y dos abogados de la CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, que agrupa a proveedores de agroquímicos) amenazaron a sus colaboradores e ingresaron a su laboratorio. También fue víctima de presiones políticas y se puso en tela de juicio la existencia de su investigación.
La Nación, en sintonía histórica con la Sociedad Rural Argentina se refirió al trabajo del investigador como “un estudio de supuesta validez científica”. Un día después, el artículo “Ante el riesgo de volver al pasado”, señalaba la “preocupación en el agro por la posibilidad de que se prohíba o suspenda el uso de glifosato, uno de los pilares sobre los que se apoya la producción nacional”, algo que traería “consecuencias muy graves”. En esos días, la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas había presentado un amparo ambiental ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sustentado en la investigación de Carrasco, para suspender las fumigaciones de glifosato.
Rodolfo Rossi, de Acsoja decía en ese entonces que suspender el uso de glifosato sería “como si se prohibiera la aspirina”. Pero a pesar de la descalificación mediática de la que fue víctima, la investigación de Carrasco fue revisada y publicada en agosto de 2010 por la revista internacional Chemical Research in Toxicology, lo que finalmente le otorgó aval científico.
La defensa empecinada de los dos grandes diarios argentinos se explica en parte en la organización de la feria anual Expoagro, donde se realizan cada año jugosos negocios vinculados a los productos transgénicos y a diferentes agroquímicos. En 2007, por ejemplo, la exposición arrojó ventas por un total de 140 millones de dólares. En la edición de este año, Eduardo Duhalde, Gerónimo Venegas, Mauricio Macri, Francisco de Narváez y José Antonio Aranda, vicepresidente del Grupo Clarín; dieron el presente.
Más allá de las complicidades entre multinacionales y multimedios, la responsabilidad estatal es ineludible. La utilización de glifosato aumentó 200 veces en los últimos 18 años, y aun no existe una legislación nacional uniforme que regule su aplicación o que la vuelva a foja cero. Es que, el Estado recauda una importante cantidad de dinero a través de las retenciones que fija a los productores sojeros más allá de que hable mal del “yuyo”.
Graciela Gómez, abogada y ambientalista santafesina, ya había explicado a BWN que cada provincia y a su vez, cada municipio legisla a su modo, con el vacío legal que esto representa. La iniciativa de la diputada nacional Julia Perié, del Frente para la Victoria, que solicita “la prohibición total de la comercialización, uso, y aplicación del glifosato por su aguda toxicidad”, entró al Congreso en agosto de 2009. La de Cecilia Merchán, diputada del interbloque Proyecto Sur, que busca prohibir la fumigación aérea con plaguicidas en todo el país, junto a la de su colega; duermen el sueño de los justos en el parlamento.
Lo que omite El Argentino
Durante el gobierno de Néstor, y respaldados por el hipócrita Pino Solanas quien ahora rueda documentales ecologistas, pero que no dudó en fotografiarse junto a la Mesa de Enlace para brindar su apoyo al campo frente al apoyo del publico hacia el sector agropecuario en el caso de las retenciones, los Kirchner atropellaron a los pequeños agricultores. Macri y Duhalde también posaron junto a la Mesa de Enlace para las fotos de los diarios.
Curiosamente y no mucho tiempo atrás, la por entonces pareja presidencial había elaborado largas oratorias denunciando los peligros del glifosato, y también de la soja transgénica diseñada por Monsanto para resistir el herbicida RoundUp Ready también de Monsanto etc.. (Ocurre también que la corporación incurre en estrategias sucias como mezclar semillas terminator con semillas comunes y engañar así a los productores para mas tarde hacerles juicios por patentes).
Pero Clarín no fue el único que observó los suculentos beneficios que podría otorgarle una alianza con Monsanto. Y tras las reiteradas críticas hacia el “yuyo”, los Kirchner enarbolaron la bandera de la "Tecnología e Innovación Productiva de la República Argentina" contradiciéndose para alabar la soja transgénica.
El kirchnerismo suele olvidar el cuidado del medioambiente: El veto de la Ley de Protección de Glaciares, cianuro de la Barrick, Uranio, Carbon, ENDESA, Botnia etc.
Glifosato: Diversos estudios cientificos sobre toxicidad develaron efectos adversos en todas las categorías estandarizadas de pruebas toxicológicas de laboratorio en la mayoría de las dosis ensayadas: toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (recuento espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de anomalías espermáticas en conejos), y carcinogénesis (aumento de la frecuencia de tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer tiroideo en hembras). Puede observarse el gesto de alegría e el rostro del ex presidente Nestor Carlos Kirchner.
George Soros los negocios con los Kirchner y su ambicion por disminuir la superpoblacion mundial a base de drogas y veneno.
A nivel eco-tóxico-epidemiológico, la problematica se agrava debido a que son escasos los centros de investigacion quimica y laboratorios en el mundo que tienen el requerido equipamiento y las técnicas necesarios para evaluar los impactos de estos herbicidas sobre la salud humana y el medioambiente.
Posiblemente hasta ahora no hayas comprendido que tiene que ver George Soros (principal impulsor de la despenalizacion de drogas en nuestro país y quien sobornó al congreso para tal fin, con Monsanto y los transgenicos.
Bush y sus negocios con Monsanto
El conflicto persiste además ya que los que al principio realizaron en Estados Unidos los estudios toxicológicos requeridos oficialmente para el registro y aprobación del RoundUP Ready, fueron procesados legalmente por el delito de prácticas fraudulentas tales como falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos, falsificación de estudios mediante alteración de anotaciones de registros de laboratorio y manipulación manual de equipamiento científico para que éste brindara resultados falsos. Este hecho lamentable señala que la información respecto a la concentración residual de glifosato en alimentos y el medio ambiente no sólo podría ser poco confiable, sino que además es sumamente "pobre".
Vale decir que en Estados Unidos fueron evacuadas poblaciones enteras por contaminacion transgenica y herbicidas de Monsanto, debido a casos de tumores cerebrales en niños de 8 años, cancer y otras desgracias.
No obstante, los Kirchner enfatizaron que “el uso de este producto quimico no conlleva problemas". ¿Porque Nestor y Cristina Kirchner avalaron el genocidio?
Fuente: bolsonweb.com.ar