Hoy vengo con una buena reflexión que espero cambie tu punto de vista hacia la caridad. Claro que es una elección y no una obligación dar dinero a quienes más lo necesitan. Tú siempre tendrás la última palabra.

Todo esto comenzó cuando estaba en una tienda de artesanías. Pagué un cuadro de madera y noté que había un volante pegado en la caja registradora. Era una campaña para apoyar a las personas sin un hogar ni dinero para comer.
Hubo algo que me impactó de ese volante: El título. Decía así: "Para ti sólo es un peso, pero a ellos podría salvarles la vida".
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 24.000 personas mueren cada día de hambre o de causas relacionadas con el hambre. Así que es cierto, yo puedo hacer la diferencia entre una persona más o una menos dentro de las estadísticas.
Si quieres un buen motivo para regalarle unas cuantas monedas o algo de comida a un indigente, te invito a que te pongas en sus zapatos. Observa el siguiente video, donde entrevistan a un indigente y le preguntan por su vida diaria.
Un indigente no está ahí porque quiere. No te pide dinero porque es flojo. Ellos son seres humanos que nacieron con menos suerte que nosotros.
Mueren de hambre y tú puedes ayudarlos en muchas cosas:
→ Si te sobra comida, regálasela a un indigente.
→ Si te sobran unas pocas monedas, dáselas a un indigente o cómprale algo.
→ Si no te queda o no te gusta alguna chamarra, dásela a un indigente.
→ Si ves a un indigente inconsciente, llama a emergencias, podría ser deshidratación o insolación.
→ Invítale la comida a un indigente y platica con él sobre cómo llegó ahí.
Apoyemos siempre que esté en nuestras manos. Para nosotros serán unos cuantos centavos, pero a ellos podría salvarles la vida.