El rey le había encargado en 1580 para pintar un retablo de El martirio de San Mauricio para la iglesia de su nuevo monasterio-palacio de El Escorial.
Cuando Felipe lo vio, relegó la pintura al lugar más obscuro de su colección de cientos de imágenes, y pagó a Rómulo Cincinnato para que pintara un reemplazo para el altar.
Ambos lienzos se mantienen en El Escorial. No conozco a nadie que prefiera el Cincinnato.
De acuerdo con un fraile ael rey no le gustaba la obra de El Greco por enfatizar las figuras en primer plano. El martirio en sí está consignado a una zona de pequeñas figuras en el fondo a un lado. El Greco nunca mas trabajó para el Rey Felipe .
"El tema no era compatible con la preocupación de El Greco para representar la interacción espiritual entre lo terrenal y lo divino", comenta el profesor Marcia Hall de la sagrada imagen en la Edad de Arte (Yale, £ 50), un nuevo estudio de la pintura después de que el Concilio de Trento (que terminó en 1563).
Ella tiene en mente un contraste con el entierro de El Greco del Conde de Orgaz, que muestra a los hombres contemporáneos en gorgueras en la parte inferior y, por encima, un montón de ondulantes nubes celestialmente iluminadas, donde el alma del noble se sirvió de guía al cielo por el Virgen María y San Juan Bautista.
Aún así, en el entierro de San Agustín y San Esteban, figuras celestiales, de pie en el primer plano. Por el contrario, hay una sección celestial nublado a El martirio, donde los ángeles vuelan con las palmas del martirio y un violonchelo, un instrumento al pintor le gustaba instalar en coros angelicales en sus cuadros.
De hecho, la relación de los cielos y de la tierra en El martirio de San Mauricio se asemeja a la de la adoración de El Greco del Nombre de Jesús, donde Felipe II se arrodilla en oración en primer plano.
Después de su despido real, El Greco, dice el profesor Hall, "volvió a sus mecenas toledanos, que evidentemente compartían su interés por la mística". La implicación es que Felipe no lo hizo. Sin embargo, el autor sostiene que la simpatía con El Greco era de esperar, en Toledo, con sus vínculos con el misticismo de San Juan de la Cruz y Santa Teresa.
Pero Felipe II tenía las obras de Santa Teresa y de su precursor espiritual Luis de Granada en su colección privada cerca de su cama. Santa Teresa se escribió a menudo con él y él la apoyó.
Fuente: http://www.telegraph.co.uk/comment/8422367/Why-did-the-king-sack-El-Greco.html
Revista Cultura y Ocio
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