A espaldas del Palacio Real se desliza un remanso de paz que responde al curioso nombre de Campo del Moro. Uno de los espacios verdes de Madrid con más encanto y no digo que menos conocidos pero quizás sí menos transitados. Una visita que os recomiendo para este fin de semana pero antes, sepamos el porqué de su nombre.
Sus cerca de 20 hectáreas han sido escenarios de justas, torneos y cacerías, entre otras cosas. Eso fue hace siglos, hoy vive mucho más tranquilo, siendo un lugar encantador que ya de por sí impresiona con esa primera y genial perspectiva que nos regala de su pendiente y de la parte trasera del Palacio Real.
Perderse por sus sendas supone encontrarse con coquetos jardines, construcciones como el chalé del corcho o cruzarse con numerosos pavos reales. Un paseo muy agradable al que sólo se tiene acceso desde el Paseo de la Virgen del Puerto, ya que es la única de las tres puertas de este jardín que sirve de entrada y salida para los visitantes (las otras dos permanecen cerradas).
Otro día relataré de forma más detallada lo que supone pasear por este magnífico lugar, declarado Jardín Histórico-Artístico desde 1931. En esta ocasión me gustaría aclarar a qué se debe su nombre…“Campo del Moro”. Resulta que en el año 1109, en su intento por reconquistar Madrid, las tropas musulmanas, dirigidas por Alí Ben Yusuf, acamparon en esta ladera, a la espera de lanzar sus ataques para poder recuperar la ciudad.
De aquél episodio histórico derivo el nombre por el que hoy lo conocemos, el ‘Campo del Moro’. Obvia decir que las intentonas del caudillo musulmán no tuvieron éxito y que tiempo más tarde se tuvo que retirar mientras que Madrid quedaba en manos de los cristianos. Ahora, sin batallas ni asaltos que lo atormenten, este silencioso lugar es una visita muy recomendable que nadie debería perderse.
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