Antes de responder a esta pregunta, hagamos un breve repaso a como ha llegado el inglés al nivel de popularidad actual…
Viendo la imagen de abajo, nos podemos hacer una idea de la evolución que han sufrido los idiomas, partiendo de una misma base y con el transcurso del tiempo ramificando en distintas lenguas, totalmente diferentes entre sí.
Entonces, observando toda esta variedad de idiomas, ¿cómo es posible que hayamos alcanzado este estado de globalización actual? La respuesta es compleja y no existe solamente un factor, eso es evidente, pero uno de los medios para conseguirlo ha sido a través del lenguaje.
Un repaso rápido por la historia
Si nos remontamos a la antigüedad, desde prácticamente el principio, siempre ha habido una gran diversidad de lenguajes en el mundo. Cada región ha tenido su lengua y mientras sus habitantes no han salido de su territorio, no han tenido necesidad de aprender un nuevo idioma.
A pesar de que, como hemos dicho, cada país mantenía su propio idioma, con la llegada de la época de los grandes imperios se hizo imprescindible una lengua común “universal”, una lingua franca para poder comunicarse con los nuevos territorios y también para comerciar con otras regiones. En Europa los ejemplos más claros fueron el griego y sobre todo el latín, gracias en gran parte a la Antigua Roma.
Sin embargo, tras la disolución del Imperio romano y la escisión de sus territorios, ese nexo común que mantenía a todo el territorio comunicado fue degradándose y convirtiéndose en lo que hoy llamamos lenguas romances (español, francés, italiano, etc).
Con el progresivo declive del latín como lengua común de un imperio que ya no lo era, diferentes potencias se fueron imponiendo en el transcurso de años colonizando y popularizando su idioma allí donde llegaban (españoles, portugueses, británicos, franceses, etc). Durante siglos, dichos idiomas fueron ganando o perdiendo popularidad, pero ninguno llegó a imponerse como el equivalente a lo que el latín fue en su día.
Buscando una lengua franca universal
De esta manera se llegó al siglo XVII, cuando John Wilkins hizo el primer intento de crear una lengua sintética (una lengua construida) para tener un idioma universal. A partir de este intento hubo varios más, no con la idea de imponerlos como primer idioma para todos, sino como un lenguaje adicional a los regionales, que todo el mundo aprendiese y permitiese la comunicación independientemente de cual fuese la nacionalidad.
La Lengua universal de Sotos Ochando, el Volapük o el Esperanto son algunos ejemplos de estos idiomas . En la actualidad el Esperanto es el que goza de más popularidad (se estima que podría haber hasta 2,000,000 de hablantes), aunque sigue lejos de su objetivo principal.
Lo cierto es que ninguno de estos idiomas artificiales ha conseguido su objetivo principal, posiblemente debido a la falta de rasgos culturales y sociales, o quizá a la ausencia de una literatura extensa y propia. En cualquier caso, lo que ésto demuestra es el afán humano de comunicación, ya que el objetivo de estos idiomas fue lograr un medio en el que personas de distintas procedencias en el planeta pudiesen entenderse entre sí.
El inglés como segunda lengua más hablada
Lo que estos idiomas no consiguieron, lo ha hecho el inglés poco a poco. Su extensión comenzó en paralelo al Imperio británico, uno de los más extensos de la historia, con presencia en los 5 continentes.
En las colonias de su imperio, el inglés fue usado por los colonos para la administración, los negocios y la educación. Tras la independencia de estas colonias, una de las cosas en común que les quedó, fue el idioma, usado como segunda lengua, lo que les permitía una fácil comunicación entre ellos.
El siglo XX nos dejó una nueva potencia dominante, especialmente tras las Guerras Mundiales y la Guerra Fría. Nos referimos, por supuesto, a EEUU. Posiblemente, es a partir de aquí cuando más rápido empezó a expandirse el inglés como lingua franca por todo el planeta. Industrias como la musical y Hollywood, han contribuido a la creación de una “cultura pop” asequible y al alcance de cualquiera, independientemente de su nacionalidad de origen.
El inglés también se ha convertido en el lenguaje universal no oficial de los negocios internacionales. Sigue siendo el idioma más demandado como segunda lengua por gran parte de las empresas en la mayoría de los sectores. Comunicaciones internacionales, como las aeronáuticas, marítimas o espaciales se realizan en inglés. Tener un buen nivel de inglés te abre las puertas de numerosas universidades, y no sólo en países con el inglés como idioma oficial.
Internet está escrito en inglés. Si bien es cierto que existen miles de webs en todos los idiomas imaginables, el inglés es el idioma usado como “neutro” por usuarios de cientos de nacionalidades para comunicarse. Hablamos de foros, páginas colaborativas, de desarrollo, etc.
Lo cierto es que nadie ha nombrado el inglés como la lingua franca universal, pero tampoco ha hecho falta. Somos nosotros mismos, quienes con su uso estamos haciendo que esto sea así y cuanto más lo hacemos, más estamos contribuyendo a consagrar al inglés como el idioma universal.
Así que ya sabes, aún estás a tiempo de aprenderlo si no lo has hecho. Ya no solamente por temas profesionales o de estudios, si no también por asuntos de ocio. La música se disfruta más cuando entiendes lo que cantan, las películas ganan mucha calidad cuando las puedes ver en versión original y los viajes son mucho más divertidos cuando, independientemente a que país viajes, puedes entenderte con la gente local.
La lengua inglesa sigue vigente. Y seguirá por muchos años.