Por qué el morado es el color feminista

LA IGUALDAD ES COMO LA GRAVEDAD, UNA NECESIDAD de Joss Whedon

Hay cuestiones que se dan por hechas, pero que necesitan una matización. ¿Desde cuándo el morado o el lila es el color usado por los sectores feministas para expresar sus reivindicaciones? Y sobre todo, ¿por qué? Hay un explicación amable que no se ajusta a la realidad pero que combina bien con los colores con que se viste a los infantes cuando son pequeños. El color morado se consigue mezclando pigmentos del azul y del rosa. Y ya está: conseguido y explicado, sin más.

Lo cierto es que las mujeres se lo han tenido que luchar y que una solución tan fácil no entra dentro de su historia. A principios del siglo XX las sufragistas americanas usaron otros colores, y Emmeline Pethick-Lawrence lo explicaba: "El violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo". Esos colores fueron alternando en vestidos, pancartas y pañuelos hasta que predominó el morado porque detrás de él había crueldad y sangre.

En muchas fábricas neoyorquinas las mujeres, en su mayoría inmigrantes, trabajaban 52 horas semanales por sueldos de miseria. Estas instalaciones cerraban sus puertas para evitar los robos mientras ellas trabajaban en un régimen de confinamiento. El 25de marzo de 1911 se declaró un incendio en las instalaciones de la fábrica textil Triangle Wist Co. Nunca se aclaró la causa, pero lo cierto es que cuando trataron de huir se encontraron con las puertas cerradas y como consecuencia de ello murieron 146 personas y 70 resultaron heridas, la mayoría mujeres. En esos momentos, y a consecuencia de los tintes, el humo que salió del edificio y que se extendió por toda la ciudad era morado.

A partir de esa desgracia el movimiento feminista fue abandonado los colores verde y blanco. Como recuerdo de todo ello, el 8 de marzo las mujeres inundan las calles de nuestras ciudades recordándonos que el morado es el color del recuerdo de una reivindicación que tiene su origen en la lucha obrera.