Hace unos años recuerdo que muchas empresas pedían capacidad para el multitasking como una característica necesaria para ser productivo. Incluso lo poníamos en nuestro currículo y lo remarcábamos al hacer una entrevista: parecía que poder hacer muchas cosas a la vez nos daba un plus de eficacia.
Hoy vengo a contaros una verdad como un templo: aunque yo misma he pensado durante mucho tiempo que era una ventaja, el multitasking, es decir, el realizar muchas tareas o actividades de manera “simultánea”, es una trampa.
Y digo “simultánea” entre comillas porque está demostrado que cuando pensamos que hacemos varias tareas a la vez, realmente lo que hacemos es cambiar de tarea constantemente.
