¿No te gusta el ritmo que llevas, tu energía se viene abajo y aún falta bastante para llegar? Puede que tengas un bajo nivel de glucógeno. Te contamos por qué es importante.
¿Por qué el glucógeno es importante?
Cada segundo del día es importante el glucógeno, ya que lo necesitamos hasta dormidos. Pero si se practica un deporte como el ciclismo es más que fundamental, ya que es precisamente en las actividades físicas de elevada intensidad física en donde el glucógeno es vital.
En las actividades que no son muy exigentes, en las de menos intensidad y anaeróbicas, el organismo inicia con una descomposición de la energía que la grasa del cuerpo representa. Es por ello que una manera de quemar calorías y eliminar peso de más. Se recomienda realizar al menos dos horas de entrenamiento de nivel bajo, como correr, a diferencia de 20 a 25 minutos en el sprint.
A pesar de ello, cuando al cuerpo se le exige una actividad más prolongada, es el tan nombrado glucógeno que debe dar una respuesta. Este suele quemarse o eliminarse en relación de gramos por minutos en un estado prácticamente normal o caminando, pero el consumo de glucógeno a un mayor esfuerzo es de 4 gramos por minuto.
De manera que en un entrenamiento de dos horas, las reservas de glucógeno en el cuerpo pueden acabarse y ante tal necesidad, puede presentarse un desmayo por la falta de dicho glucógeno. Esto considerando que en el inicio se tendrá un nivel de 350 a 500 gramos de glucógeno en máximo nivel, por lo que agotado por completo.
¿Qué es el glucógeno realmente?
El glucógeno es una mezcla entre carbohidrato y glucosa, que se va almacenando en el sistema muscular, en concreto, en las fibras de los músculos, pero el exceso se va acumular en el hígado, es lo que se llama glucógeno hepático. El glucógeno es la forma en que el cuerpo puede almacenar la glucosa, que va a pasar a llamarse glucógeno.
Como ya se ha dicho, es una sustancia vital en el organismo, sobre todo en ciclistas que practican rutas medias o largas en donde después de un recorrido de 2 horas el organismo exige un alto nivel de glucógeno, y si este fallase se provocaría un desmayo y puede ocasionar también una lesión en los músculos.
¿Cómo se puede controlar y recuperar su nivel?
Es una teoría bastante complicada, pero existe una manera sencilla que con una formulación se puede controlar los niveles de glucógeno en el cuerpo. Tras tres horas de ruta se puede considerar que el cuerpo requiere de aproximadamente 80 gr de carbohidratos por hora de ejercicio.
Esto puede ser cubierto tomando una pequeño trozo de fruta, una barra de cereal, algunos frutos secos, etc. De esta forma no se tiene que estar calculando los niveles de glucosa porque podrá mantenerse el organismo.
Por supuesto, una vez finalizada la ruta, se deben reponer los niveles de carbohidratos, y con ello, se estará reponiendo todo el glucógeno que con la fórmula anterior se haya podido perder.
Realizar una medición de los niveles de glucógeno no resulta sencillo y necesitaría un análisis sanguíneo a momento, algo que no es posible. Pero con el consejo anterior es posible que los ciclistas puedan calcular sus rutas, teniendo en cuenta los niveles de glucógeno antes de cada salida.
De esta forma se puede llevar una alimentación adecuada y pensando cada uno de los esfuerzos que se va a hacer, teniendo en cuenta la cantidad de niveles que puedan presentar las diferentes rutas. Se deben calcular las variaciones y regular la cantidad de carbohidratos que se deben consumir.
Hay que recordar que mantener el cuerpo sano para un entrenamiento correcto es fundamental para evitar lesiones, tanto físicas como mentales. Una baja de glucógeno puede ocasionar a cualquier ciclista una caída, y en consecuencia una lesión de difícil recuperación, fastidiando los músculos de una manera irreversible.
Por lo tanto, es de suma importancia poner como prioridad la alimentación antes de salir a realizar una ruta o simplemente dar un paseo en la bici. El nivel de intensidad por supuesto es el que va a condicionar la dieta que el ciclista debe consumir antes de salir.