¿Por qué es malo ser diferente?: FEC, Capitulo 2

3:30 p.m.—Lara, cariño soy yo.— ¿Mama?, no reconocí tu numero —algo se despejo en mi cabeza.—Lo siento, es que se le agoto la batería a mi teléfono. Pero no te preocupes estoy en casa de tu tía Clara, solo llamaba para avisarte que llegare un poco tarde hoy, aun debo recoger las entregas así que no me esperes.—Oh, puedo ir yo si quieres. No me molesta, además no tengo nada que hacer.— ¿Y tus tareas jovencita?—No me dejaron mamá, es el primer día ¿lo olvidas?—Claro, claro —dijo confundida— y respecto a lo otro…—Nada de eso mama, yo lo haré, dame la dirección —. Lara se tropezó con la primera grada para subir al segundo nivel, causándole un dolor instantáneo.—Recuerda que no es cualquier mercancía.—Sí, seguro, me lo has repetido muchas veces —Lara quería gritar por el golpe sorpresa que tanto le dolía.—Bien, avísame cuando los tengas y...—Si madre, los llevare a la tienda no te preocupes —contesto la chica impaciente.—Gracias.—Adiós —dijo su hija cortando la llamada.En mi opinión, las antigüedades no es algo que realmente me interese, pero por alguna extraña razón, a las personas de esta ciudad sí. Y supongo que esa es la razón por la cual las ventas son frecuentes.Y no me quejo. Entre al dormitorio de mis padres (al cual se supone nunca bajo ninguna circunstancia debo de entrar) y tome el tubo de crema para aliviar el dolor y me lo aplique sobre el futuro morete y baje de nuevo solo para tomar las llaves del auto.Llegue a la oficina de correos y firme por los paquetes. Cuando mi mamá dijo que eran de carga pesada, creí que se refería a objetos grandes, cuando en realidad se refería a que eran más de 10 artículos.Tarde cerca de media hora en ordenarlos y fijarme de que no faltara ninguno, de lo contrario mi madre me reprendería por olvidar el dinero en una sucia sala llena entregas sin importancia ni valor.Un poco duro e innecesario quizás; mi madre suele criticar de vez en cuando. No sé porque y cuáles son sus razones ocultas, pero supongo que al final de cuentas no es muy diferente de la madre de Susan Evans o Alice Montgomery; por eso me describen como el fenómeno de la familia. Pues no soy como ella en lo absoluto. Cuando termine conduje directo a la tienda. Es verdad que aun hacía calor ¿Por cuánto? No estaba segura, no obstante era sofocante y desesperante en medio del tráfico. Pero después de estresantes comentarios del resto de los conductores, conseguí llegar y parquearme por detrás para poder sacar las cosas sin molestar a nadie. Dentro se encontraba Phil. Phil era uno de los mejores empleados que teníamos, trabaja con nosotros desde que regresamos de Florida. Se presentó a la entrevista ese mismo verano en busca de empleo. Lo recuerdo perfectamente, tan solo tenía dieciséis entonces.—Srta. Henderson déjeme ayudarla —Phil corrió hacia mí y tomo la mitad de las cajas de arriba— ¿estas van en la bodega?—Por favor.— ¿Su madre no vendrá hoy?—No, ella está en casa de mi tía. ¿Necesitas algo?—No quiero sonar inoportuno, pero debía pagar la renta antes del cinco, de lo contrario me echaran a la calle —Phil era como de mi estatura, no muy alto, a diferencia de la mayoría de chicos que asistían a mi escuela, que miden por arriba del promedio de 1.73. Su cabello era corto y crespo, bastante obscuro; su piel tenía un claro bronceado superficial.—Oh —la pena me invadió; mi madre aun no le había dado su paga. Rápidamente me dirigí al mostrador y le llene los datos a un cheque—, aquí tienes, de veras lamento el retraso. Yo no sabía.Él sonrió ampliamente y me agradeció. ­— ¿Y qué tal la escuela?—Lo de siempre, ya sabes, nada nuevo. Excepto unos cuantos estudiantes nada más. ¿Tú qué me dices? ¿La universidad es igual de mala que la preparatoria?—No, la preparatoria Danfel es algo mucho más simple que la universidad. Pero es aceptable. Aunque extraño a  mis padres.—Supongo que sí, seguro es difícil no tenerlos cerca.Lo parezca o no, no conozco el apellido de Phil, aun si lleva cuatro años trabajando aquí, solo nos pide que escribamos Phil L. Mi padre dice que su apellido es Lester pero no lo sé, nunca le pregunte. Tampoco sabía nada de su familia ni de dónde venía. Y mucho menos la razón por la que termino viviendo solo a los 16. Así que las conversaciones con el eran extrañas y difíciles de manejar. Con verlo a los ojos deducías que no decía la verdad sobre sí. Pero de todas maneras, eso a mí no me incumbía, era su vida y no la mía. Siempre y cuando no me involucrara con él, yo estaría bien.—Por cierto, cambiando de tema, hoy me dejaron esto en el mostrador cuando estaba ordenando la bodega. Es para usted —. Phil deslizo un sobre blanco sin destinatario por el mostrador—, no tengo idea de quien lo dejo.—Gracias —, lo guarde y me despedí de Phil. Mi próxima parada seria Walmart.Hice una lista mental de las cosas que necesitábamos en casa y ajuste un presupuesto bastante ordenado de acuerdo a los gustos, “especiales” de mi madre. Cuando tuve todo me dirigí a la caja #8; en tanto el cajero hacia lo suyo yo me dedique a leer la misteriosa carta.
“Querida Lara,Lamento escribirte de esta forma, pero me pareció la más segura, lo sé, es ridículo, pero eso no importa ahora. El asunto es este: mi madre me ha prohibido ver a mi padre esta semana, pero como sabes y me conoces a mí siempre me ha gustado visitarlo, así que me he escapado de casa.  Solo quería que lo supieras, y que en caso de que ella llame le digas que estoy bien que regresare  al final de la semana. Es lo único que te pido.Tu prima: Shila”
Esta era la cuarta carta que recibía de Shila en el año. Suele dirigirse a mi cuando hace de las suyas y no entiendo porque. Aun así nunca la he traicionado. Después de todo es la única prima que tengo y conozco. De la familia de mi padre nunca he sabido nada, ni siquiera si aún viven.Sonreí y guarde la carta en su sobre de nuevo.De paso compre mi almuerzo en subway y comí mi submarino en toda la trayectoria de regreso a mi casa.Mientras entraba y salía para guardar las compras escuche el pitido de mi teléfono indicando la llegada de un nuevo mensaje. Hice un espacio y lo revise.
 Matt: 7 Sep. 2011; 5:50 p.m.Cariño te informo que hoy no llegare a dormir, dile a tu madre que estaré en una conferencia en Washington.
No me sorprendí, mi padre tendía desaparecerse cada cierto tiempo, a veces pasaba meses sin saber de él. Y por alguna razón así era mejor. Tanto mi madre y yo nos sentíamos más cómodas con el fuera de casa, lo que no debería de ser así. Pero como sabrán, mi familia es disfuncional.Los recuerdos de mi infancia de resumen de la siguiente manera:Cada año una vez al mes, mi madre me inscribía en clases de piano, supongo que de eso no me puedo quejar porque no es tan malo como las clases de gimnasia, algo que me negué a continuar cuando cumplí los doce.De hecho cuando cumplí doce años deje muchas cosas que nunca me gustaron y solo hice por complacer a mis padres. La gimnasia, la natación (sé que es útil, pero terminaba muy cansada y me quitaba mucho tiempo) así que solo se lo básico, suficiente para sobrevivir. En cambio mi padre prefería que recibiera clases de defensa personal, que hacer en diversas situaciones de las cuales puede peligrar mi vida, y algo que mi madre no sabe. Mi padre me enseño a usar un arma a los catorce, después de haber sido asaltado en un barrio bajo, se obsesiono con que debía tener una. Pero claro, yo nunca he tenido que hacer ninguna de esas cosas. ¿Qué si las haría de ser necesario? Ni me detendría a pensarlo. Cada segundo bajo peligro cuenta, es mejor antes que lo peor suceda.Pero todas esas actividades solo se resumen en una cosa: ninguno de mis padres hace nada juntos, a simple vista puedes creer que son una pareja felizmente casada, lo cual no es así.Lo único divertido que hemos hecho como familia, es ir cada verano a la casa que mi padre compro en Jacksonville, Florida desde que tenía seis. Desde entonces, no hay nada que pueda denominar “actividad familiar”.Yo ya me acostumbre.Continuara