¿Por qué es tan importante tomar la medicación?

Cuando sufrí mi primer episodio maniático estaba trabajando con mi hermano. Me convertí en una persona agresiva y alocada con una sexualidad desaforada y con tal nivel de grandiosidad que esperaba estar tocado por la mano de Dios y que todos mis actos estaban relacionados con el Señor. Tenía el pensamiento acelerado y no dejaba de hablar.
Se me recetó un régimen a base de litio y un fármaco anti sicótico, mientras estuve impedido en el hospital respondía positivamente al tratamiento y aun me encontraba en un estado hipomaníaco cuando volvía a casa con mi hermano después de abandonar el hospital.

Pero de repente dejé de tomar la medicación sin decírselo a nadie y me hundí en una profunda depresión marcada por insomnio, aletargamiento, torpeza mental, impulsos suicidas y pensamientos como: “Soy una mierda…. No merezco vivir… no he hecho nada por nadie en este universo.”
Al final accedí a ver a un psicoterapeuta, con la condición de que: “Sea quien sea tiene que ser consciente de que me opongo filosófica y espiritualmente a cualquier clase de medicación.”

Por mi parte no negaba que sufriera un trastorno bipolar.

Enfermo Mental

un caso de trastorno bipolar y de suicidio por parte de mi abuelo materno.

El psicoterapeuta no puso en duda la idea de que mi depresión tenía un carácter “existencial y espiritual”, pero introdujo gradualmente la noción de que también podía tener una base bioquímica. Mi familia participaron en algunas sesiones informativas conjuntas donde se hablaba de las opciones de tratamiento y en las que por mi parte explicaba mi postura. Al cabo de dos meses mi estado de ánimo mejoró un poco, pero seguía ligeramente deprimido y me quejaba de padecer insomnio..
Después de compenetrarse conmigo el psicoterapeuta volvió a proponerme que probara el litio.

Medicación

A lo que mi organismo respondió con rapidez; mi depresión se esfumó; así como mis impulsos suicidas desapareciendo y mi sueño mejoró.

Tras seis meses de psicoterapia individual dos veces por semana, mas el tratamiento preventivo de litio, decidí reconciliarme con mi hermano. Seguí medicándome bajo la supervisión de mi psiquiatra. Varios años después seguía eutímico (estable) gracias a la dosis de litio y la psicoterapia.

Aceptar un programa de medicación para tratar el trastorno bipolar es un compromiso a largo plazo y en consecuencia, es una decisión personal muy importante. Y es normal que las personas afectadas tengan dudas y preguntas. Si a una persona se le acaba de diagnosticar un trastorno bipolar o se encuentra en las primeras etapas de su curso, las dudas y preguntas que surgen en torno a comprometerse con una medicación puedes ser especialmente acuciantes. Por otra parte, muchas otras personas pueden sentir una fuerte aversión a la medicación aunque hayan tomado estabilizadores del estado de ánimo durante mucho tiempo.