Por qué la tecnología puede ser nuestra aliada en ciertas ocasiones

Para estar peleando, es mejor quedarse en casa. Salir con los chicos tiene que ser un placer y por eso llevo herramientas para que todos la pasemos bien: marcadores, hojas, cartas y celulares o tablets

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Me gusta salir con los chicos, pero siempre y cuando esté todo preparado para pasarla bien. Hacer un programa para pelearnos, discutir, gritar y que todo termine en llanto ya no me cierra. Ahora intento adecuar lo que llevamos en nuestras mochilas al programa que elegimos. Si vamos a ir a un día de campo, no hace falta llevar electrónicos para el lugar. Pero si tenemos dos horas de viaje, seguro que ayuda a que lleguemos todos más contentos.

Será que nuestros recuerdos de chicos vienen distorsionados. En casa sí se veía la televisión en la mesa. Es más, en general mirábamos noticieros donde mostraban la más cruel realidad. O había días en que se cenaba en silencio: hablaban los grandes. Nosotros terminábamos dormidos (o haciéndonos los dormidos), esperando el momento de que nos llevaran a la cama. Ni mejor ni peor: distinto.

Hoy todo avanza, o mejor dicho cambia. Tomar herramientas que nos permitan disfrutar un momento en familia me parece que está bien y negarse rotundamente a novedades por el simple hecho de que no era así en nuestra niñez no tiene sentido.

En casa existe la hora de los dispositivos electrónicos. Cuando salimos, hay lugares donde se puede llevar un Ipod y otros donde definitivamente no, hay momentos en que me salvan de un ataque de histeria y hay otros donde odio con todo mi ser esos malditos aparatos que hacen que mis hijos no me respondan. Pero la tecnología existe y no se puede negar ni prohibir. ¿Entonces por qué no poner las reglas claras para incorporarla en nuestra vida?

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