Revista Opinión

por qué las placas solares en edificios son el futuro

Publicado el 02 agosto 2021 por Johnny Zuri @johnnyzuri
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¿Qué paneles solares necesitas para contribuir a cuidar la naturaleza? ¿Por qué las placas solares en edificios son el futuro?

Con el objetivo de cuidar la naturaleza y el medio ambiente, Masterinsolar se encarga de asesorar a los clientes sobre los paneles solares e instalaciones placas solares que necesitan, así como de llevar a cabo el diseño, instalación y operación de sistemas fotovoltaicos de acuerdo con los requisitos de la última normativa de la industria. Y cada vez más hogares y comunidades de vecinos eligen instalar paneles solares en sus edificios.

¿Cómo será la energía solar en el futuro?

La energía solar es aquella que aprovecha la radiación de las partículas de la luz solar para producir energía. Para 2030, se espera que el 34% de la electricidad mundial provenga de la energía eólica y solar, y para 2040, que la energía eólica y solar representen el 50% de la capacidad de generación de electricidad del mundo. Cada vez será más fácil ver en nuestros edificios placas solares monocristalinas o policristalinas así como todo lo que tiene que ver con la generación doméstica de energía solar. 

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Asistiremos a una convivencia amistosa entre parques solares, alrededores verdes y azoteas.

Se debe realizar un diseño global que no solo se enfoque en la eficiencia energética total del sistema sino que también se extienda a otros ecosistemas y objetivos del paisaje. En este sentido, empresas del sector de la energía solar presentaban recientemente nuevas herramientas de mapeo que trazan áreas del territorio en base a los impactos previsibles que generan los proyectos de energías renovables.

Son herramientas que quieren permitir a los responsables determinar valores ambientales o métricas de protección desde el principio. Sin embargo, hay organizaciones ecologistas que defienden la apuesta por el autoconsumo. Mi opinión es que el error de las instalaciones macro-energéticas de las que depende por completo una zona no debería repetirse hasta que se cierren.

Ecologistas y pequeños productores defienden el autoconsumo ante el monopolio energético y el impacto paisajístico de las plantas solares. Sobre todo porque sabemos que el mercado del autoconsumo está creciendo en España. A día de hoy, un kit solar básico de 6.400 Wh al día con batería autónoma ronda los 3.000 euros. Sin baterías, de 5.000 a 8.000 euros, dependiente de la luz solar y con 25.000 Wh al día.

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Hay que generar confianza.

Es la garantía del futuro. Tenemos el deber de promoverla. El autoconsumo aún no ha evolucionado mucho, pero en el año de la pandemia se habían instalado 623 MW en los hogares, lo que es muy alentador. Actualmente, nuestro parque energético cuenta con 11.700 MW fotovoltaicos, un 10% del total.

En lo que va de año ha habido días en los que la energía solar supuso entre el 40 y el 45% de la electricidad producida en pocas horas. La energía fotovoltaica es apenas visible en España, pero no hay nubes en el horizonte.

Las ventanas son la nueva generación de paneles solares.

La energía solar es nuestro futuro. Puede ayudar a combatir el cambio climático, así como a resolver muchos de los problemas energéticos del mundo. Desafortunadamente, enfrenta algunas limitaciones, como problemas de indisponibilidad y distribución. La buena noticia es que hay nuevas soluciones.

Esto hará que la energía solar esté más disponible. Quizás en el pasado no considerábamos el uso de ventanas para energía solar, pero pronto pueden convertirse en uno de los avances más relevantes de la energía solar en la eficiencia del siglo XXI.

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Lograr un buen aislamiento en el interior de edificios o viviendas significa una mayor eficiencia energética y, por tanto, costos más bajos.

Respecto a la orientación de los edificios, cabe asegurar que esto también influye en su eficiencia energética. Según la Eficiencia energética y la Certificación Energética para edificios realizada por la Unión Europea en 2010, los edificios pueden tener 7 clasificaciones, siendo A + la más alta.

Las propiedades fotoeléctricas fueron descubiertas en 2012, y desde entonces, es una carrera frenética que en menos de seis años involucró a cientos de científicos de todo el mundo, y prácticamente han igualado el rendimiento del silicio, con un récord del 22%.

Pero uno de los problemas es que son muy inestables y se degradan poco después de su puesta en funcionamiento, por lo que aún queda un largo camino por recorrer antes de que se conviertan en una realidad en el mercado fotovoltaico. La fantasía es una energía fotovoltaica omnipresente.

Otra aplicación serían los vehículos. Con ventanas fotovoltaicas y paneles solares en los tejados, los coches eléctricos pueden ser completamente autónomos, incluso con la eficiencia actual de las células orgánicas. Pero incluso cubriendo todas las superficies posibles de las células fotovoltaicas mencionadas hasta ahora, no aprovecharán toda la energía proveniente del sol.

La mayoría lo hace en forma de luz infrarroja, fuera del espectro visible y más allá de las capacidades de las perovskitas, CIGS, kesteritas y células orgánicas convencionales. Sólo aprovechando los rayos infrarrojos podemos crear células solares con mayor eficiencia. Y es que se han estudiado los llamados puntos cuánticos, cristales de unos pocos nanómetros de tamaño compuestos de sólo entre cien y mil átomos. Son fáciles de fabricar, y sus dimensiones se pueden controlar con gran precisión.

Al cambiar se puede optar por absorber luz en diferentes longitudes de onda, incluido el infrarrojo cercano. El récord de rendimiento actual del nuevo material es de alrededor del 11%. La energía fotovoltaica está empezando a competir a nivel de costes, especialmente en el cinturón solar, que incluye países con más horas de sol, como España.

A nivel mundial, solo el 1,3% de la energía consumida es fotovoltaica, según el Informe fotovoltaico, publicado en 2017 por el Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar ISE de Friburgo. En Alemania, que está a la vanguardia de esta tecnología, junto con Italia y Grecia, prácticamente el 7% de la energía consumida proviene de la energía fotovoltaica.

En España, en cambio, la tasa es solo del 3%, según un informe de 2016 de la Unión Fotovoltaica Española. Esto se debe a obstáculos políticos y legales como el criticado impuesto solar. Si los alemanes pueden hacerlo, y casi no tienen sol, nosotros también podemos.

Es una cuestión de voluntad política. En el futuro, si queremos reducir el uso de combustibles fósiles, tendremos que construir un modelo que combine diferentes fuentes de energía. La energía luminosa tiene el potencial de ser una de las principales.


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