Revista Opinión

Por qué lo llaman ser políticamente incorrecto cuando se llama decir tonterías

Publicado el 12 diciembre 2017 por Carlosgu82

Hace ya mucho años, tantos que todavía estaba en el colegio, sacaron una película española que se llamaba por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo, o algo parecido; y hablamos de una película muy antigua que ni siquiera llegué a ver nunca, simplemente me llamó la atención lo curioso del nombre, nombre que me viene de perlas un poco para poder usar esta ventanita al mundo y poder decir unas cuantas cosas que me gustaría decir.

Estamos en un mundo de miembros y de miembras, y creo que con eso ya he dicho todo de una situación que no sé si viene desde ciertos sectores de la prensa y algunos políticos se subieron a su carro o si fue al revés, pero es una situación de lo más estúpida, que al margen de hacernos reír cuando con el paso de los años seguimos acordándonos de las miembras, también tiene consecuencias negativas para la gente en general, a veces porque desde la política se deja de proteger a gente que lo necesita, y otras veces porque se gastan unos medios públicos en auténticas estupideces, y que se gaste el dinero de mis impuestos en cierto tipo de cosas a mí por lo menos no me parece demasiado agradable.

Una de las cosas más importantes que se enseña muy al principio a los estudiantes de derecho, es que el derecho a la igualdad significa tratar igual lo que es igual y tratar de forma de desigual lo que es desigual. Esto que parece tan tonto y tan lógico parece que mucha gente no lo entiende cuando se juzga a personas distintas y les ponen menos tiempo de prisión a unos que otros, pero algo que se supone que todos entendemos cuando llega la hora de pagar impuestos y pensamos que el señor Amancio Ortega debería pagar más impuestos que yo. Digo todo este rollo, porque se está llegando a un punto en el que por quedar bien ante la prensa y ciertos sectores, nos hemos vuelto tan políticamente correctos que nos hemos olvidado de que hay veces que tratar situaciones distintas de la misma forma nos está haciendo parecer tontos, o que algunas asociaciones traten de hacer algunas barbaridades que por suerte no se han logrado, y no se han logrado aún a costa de que hayan puesto bastante mal a ciertos órganos públicos sin motivo.

Con todo eso me estoy refiriendo a una cosa que pasó hace pocos años y que es un ejemplo perfecto de que muchas veces el ser políticamente correcto puede tener consecuencias muy graves si no se hace con cabeza; el caso al que me refiero fue de unas oposiciones a bombero, en las que un grupo feminista puso una querella al órgano público que la convocó porque en las pruebas físicas no hizo distinción de sexo y no puso unas pruebas físicas más suaves para las mujeres que se presentasen.

Yo entiendo que hay trabajos como puede ser por ejemplo el de policía, que tienen una parte física y también una parte mucho más importante que no lo es, y entiendo que una persona que no sea tan fuerte físicamente, hombre o mujer, puede ser un excelente policía, pero con el trabajo de bombero creo que resulta obvio que eso no es así, entre otras cosas porque el fuego es machista, y no distingue entre hombres y mujeres. Resulta muy obvio que una administración no puede arriesgar la vida de la gente a la que tienen que salvar los bomberos porque una persona, hombre o mujer, pertenezca a un colectivo determinado y no pueda hacer igual de bien unas pruebas físicas. Y este caso se llegó a plantar delante de un juez, cosa que pagamos todos con nuestros impuestos.

A mí se me viene una pregunta para este tipo de asociaciones feministas que plantean estas cosas ¿y si alguien muere porque pesa noventa kilos y la mujer bombero no puede cargar con él es discriminatorio?

Otra cosa que me enerva mucho, es el tema de que ahora esté de moda ser gay; si me resulta incómodo que una persona heterosexual me cuente lo que hace o deja de hacer en la cama, con una persona homosexual me pasa exactamente lo mismo, es igual de incómodo. Todo el mundo tiene derecho a ser como le de la gana, pero sea con quien sea, hombre, mujer o cosa, lo que cada uno haga en su dormitorio debería quedar en la intimidad de su dormitorio. Tengo claro que hay gente que ha sufrido una discriminación muy importante, y tengo claro que eso es algo horrible que sigue pasando en un montón de países todavía, por desgracia; pero también entiendo que la forma de luchar contra una discriminación no es hacer apología de lo contrario, creo que la solución pasa más por dar normalidad a las cosas.

Creo que no se es mala persona por sentirse incómodo si se está tomando un café en un bar y uno se siente un poco incómodo cuando entra un reinona dando voces y sobando a todas las mujeres porque estamos muy divinas, exactamente igual que si entra un tipo muy macho con lamparones tirándose un eructo y tocando las posaderas a las señoras. Creo que no se es menos cívico por estar más incómodo en una situación que en la otra, si no me gusta que me toque alguien, no me gusta sea con carácter sexual o por una cuestión de moda, no me es cómodo, y estoy un poco cansada de que se deje entrever que si se está más incómoda con una situación que con la otra se es mala persona, o lo que es peor todavía, se es políticamente incorrecto. Además, yo tengo algún amigo gay, y creo que a cualquier persona que quiere vivir su vida y punto este tipo de apologías no les ayudan, muchas veces porque como hay que ser políticamente correcto hay cuidar y mimar a las personas gays que lo pasan muy mal, y a veces por ser tan políticamente correcto hacemos daño, porque a nadie le gusta que le traten como si fuese de cristal o como si fuese un héroe siempre, porque al final las personas somos personas y nos gusta que nos traten de forma natural.

Como hay que ser políticamente correcto, las mujeres pueden hacer lo que les da la gana, y los hombres deben tragar; si un hombre dice que a sus compañeros de trabajo que una mujer a la que no quiere ver le está esperando en la salida le gastan bromas, y si lo mismo pasa al revés, los compañeros van a llamar a la policía o directamente a salir a la entrada al hombre que está esperando en la puerta. Un caso que me ha tocado bastante de cerca, es que como ahora todos somos muy políticamente correctos, en una relación de pareja la mujer puede decir todas las barbaridades que le de la gana, y si el hombre levanta la voz para decir esta boca es mía, es un maltratador. Parece obvio que no es así, o por lo menos que no debería serlo, pero hagamos un ejercicio de sinceridad, el noventa por ciento de la gente que vea en un bar a una mujer en la mesa de al lado levantarse insultando a un hombre con quien está sentada, e incluso dándole una torta, va a pensar que algo le han hecho a la mujer. Sin embargo, si por la calle un hombre le levanta la voz solamente diciendo “déjame en paz”, mucha gente se va a poner en tensión por si se pone demasiado nervioso y tienen que intervenir. Lo mismo pasa cuando tenemos una pareja en el piso de al lado y discuten a menudo, no importa que sea una pareja heterosexual u homosexual, todo el mundo reacciona igual, si escucha gritos de una mujer, salvo que sea pidiendo socorro, lo que piensa es que está muy bien y que se tiene que hacer valer, si escucha la voz de un hombre dando gritos va a buscar el teléfono para tenerlo a mano por si hay que llamar a la policía. Y yo tengo un amigo, hombre, al que han estado a punto de hacerle mucho daño por eso de que hay que ser tan políticamente correcto, y esto tampoco hace bien, porque si no se tratan las cosas en la medida real en que hay que hacerlo, al final cuando hay de verdad un problema de maltrato se puede meter la pata.

Si una mujer entra en una comisaria para denunciar que su pareja le ha pegado salta todo el operativo, cosa que tiene que pasar, pero si es un hombre el que lo hace se ríen de él, y eso ya no me parece tan bien, porque se ha dado el caso de un hombre que denunció a unos policías porque se rieron de él por querer denunciar que su mujer le pegaba, por cierto el hombre estaba enfermo y no podía defenderse, es más, aunque hubiese podido defenderse, eso le podía haber llevado a prisión, porque todos tenemos que ser políticamente correctos.
En fin, queridos queridas lectores lectoras, está muy bien cuidar ciertas ciertos situaciones, pero no hay que olvidar que no se debe de dejar de usar la cabeza cabezo, y no por ser políticamente correcto correcta dejar de ser coherente coherenta con uno mismo misma, que todos todas somos miembros y miembras cívicos cívicas de la sociedad sociedad, y no borregos borregas que no son ellos ellas mismos mismas por el que dirán los demás las demós.
 


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