La bandera pontificia o de la Ciudad del Vaticano está formada por dos campos verticales de color amarillo (a la izquierda) y blanco (a la derecha). Sin embargo, en el pasado la bandera del Estado pontificio era de amarilla y granate, dos colores tradicionales del Senado y del Pueblo romano. Estos fueron sustituidos después en 1808 con el blanco y el amarillo, cuando Pio VII ordenó a su Guardia Noble y a los demás Cuerpos armados pontificios que permanecieron fieles, adoptar una nueva escarapela con dichos colores para distinguirlos de las tropas incorporadas al ejército francés.
La bandera pontificia blancoamarilla más antigua, enarbolada por primera vez en 1824 por la Marina mercante, tenía los campos dispuestos diagonalmente. Posteriormente, Pio IX, tras regresar del exilio de Gaeta, dispuso que se representaran las dos bandas verticales, y añadió el escudo papal. Sólo después del Tratado de Letrán entre la Santa Sede e Italia, del 11 de febrero de 1929, la bandera pontificia adquirió la representación actual.