Revista Sociedad
Un tweet de @m_aller llevaba el mismo texto que el del título de este artículo. Además, el adjuntaba este link. Tras este texto, el sujeto que anteriormente menciono tuvo la ocurrencía de añadir: ¿Por qué los jóvenes españoles se indignan? porque están muy ocupados...jejeje. Inmediatamente me dió por responderle con dos tweets. Aquí los dejo:
1º Como perteneciente a esta generación te diré que por desengaño con el mundo, vemos el cambio como imposible. ¿Para que chillar pues?2º Cierto que menos excepciones creemos en la igualdad y en la democracia como valores a mantener.Quizás el tipo tras mis respuestas quedó estupefacto, patidifuso de que uno de esos jóvenes tan ocupado le estuviera respondiendo y no le riera la "gracieta" con la condescendencia tan habitual en un medio como twitter. Digo esto porque no recibí respuesta alguna. Creo que sé muy bien lo que le pasa a la juventud de hoy día. Yo mismo formo parte de ella, y en mayor o menor medida, me siento identificado con el populacho comprendido entre las edades de 25 y 17 años de edad.Con este artículo quiero romper tópicos. Intentar explicar como lo veo. Normalmente se acusa a la juventud de maleducada, falta de formas (desde siempre ha sido así), ahora bien, lo que es nuevo es esto de que somos impasibles ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Esta última afirmación solo se hace para con mi generación.Bien, a ustedes (me refiero a los que hacen esta sentencia, evidentemente) les animaría a que un día mientras van paseando por la calle, alzaran la vista del suelo y vieran las paredes: de edificios, de muros...muchas de ellas están pintarrajeadas, algunas con dibujos y monigotes varios, pero muchas con reclamas. Conste que no defiendo las pintadas, me parecen un acto vandálico de lo más soez para con la ciudad, ya que es antiestetico a más no poder y deteriora el mobiliario urbano. Quedense pues con el fondo del asunto, observen que, sí, que hay muchachos que se expresan (aunque la forma ya digo no sea la más correcta).Ahora bien, lo fácil es criticar por inercia, sin pararse a reflexionar, ni un segundo tan siquiera. ¿De verdad existe alguien tan memo para creer que no nos indignamos? Claro que lo hacemos, pero es un ejercicio interno.Para aquellos que solo saben echar pestes les diré que desde que tengo memoria, ninguna protesta de esas en las que todo el mundo sale a la calle a cambiado absolutamente nada. Quizás me equivoque, pero me remitiré a los hechos, Guerra de Irak, Huelga General del 29 -S, o por ser consecuente con el tema que estoy tratando, la Revuelta Estudiantil en Londres por la subida de las tasas de la matrícula universitaria. Nada, absolutamente nada cambió. Bueno, en el último ejemplo que pongo muchos universitarios pasaron a ser llamados vándalos, y todo porque unos pocos decidieron romperlo todo aprovechando la ocasión.Hace un año, mi clase quiso hacer algo por el Día de la Paz, algo que pasara de lo puramente simbólico. Yo, propuse escribir una carta a un alto cargo para que tuviera constancia de todo lo que se podía cambiar. Nada más expresar en alta voz mi idea, un chico exclamó ¿De que serviría eso? -sería otro acto simbólico más-, -sin importancia alguna- dijo después. La observación que hizo después, jamás se me olvidará: -Nada se cambia, si no eres tú mismo quién lo cambia-. Quiero a propósito de esto hacer un inciso. Lo que dijo mi compañero significa que puedes chillar, manifestarte, escribir, inmolarte quizás, pero que esto, ni siquiera la última enumeración a pesar de ser super bestia, serviría de nada. Cambiarás algo siendo político, curarás a alguien siendo médico, quizás el pueblo podría cambiar algo independientemente de la posición de cada uno, pero falta cohesión y ese es otro tema que no solo atañe a la juventud. Cierro el inciso.Cambiar algo hoy por hoy no es como en tiempos del franquismo donde el sistema se caía por su paupérrima estructura y una protesta estudiantil era todo un acto de insurrección. Hoy algo así no pasaría de lo puramente anecdótico.¿El consuelo que le queda a mi grupo de edad?: Que le pese a quién le pese el futuro es nuestro y esto no lo cambia nadie. Como ya dije antes, somos la generación más preparada, más culta (digan lo que digan de la educación, del Papa o de Cristiano Ronaldo).De momento los adolescentes de hoy en día y como se declara en el link del principio somos los que más creemos en la igualdad de hombres y mujeres, en la democracia como sistema de organización social, (democracia que existe una opinión muy generalizada en la juventud de que es muy mejorable), en la necesidad de ordenar el mundo de forma sostenible, en la radical injusticia que supone hacer diferencias entre personas en función de su etnia, en que la guerra es siempre la demostración de un fracaso y un mal en sí misma.Me parece que todo lo anterior habla muy a las claras de quienes somos.Ya para concluir quiero contestar a la "gracieta" (por llamarla de alguna forma y no entrar en descalificaciones) de @m_aller. Tienes razón, al sentenciar que estamos muy ocupados. Estamos formándonos, aprendiendo idiomas (porque nuestro país no nos asegura un puesto de trabajo), leyendo, pensando...y disfrutando del mundo porque ¡que diantres!, es lo que nos toca. Así que fíjate si estamos ocupados. Un Saludo
1º Como perteneciente a esta generación te diré que por desengaño con el mundo, vemos el cambio como imposible. ¿Para que chillar pues?2º Cierto que menos excepciones creemos en la igualdad y en la democracia como valores a mantener.Quizás el tipo tras mis respuestas quedó estupefacto, patidifuso de que uno de esos jóvenes tan ocupado le estuviera respondiendo y no le riera la "gracieta" con la condescendencia tan habitual en un medio como twitter. Digo esto porque no recibí respuesta alguna. Creo que sé muy bien lo que le pasa a la juventud de hoy día. Yo mismo formo parte de ella, y en mayor o menor medida, me siento identificado con el populacho comprendido entre las edades de 25 y 17 años de edad.Con este artículo quiero romper tópicos. Intentar explicar como lo veo. Normalmente se acusa a la juventud de maleducada, falta de formas (desde siempre ha sido así), ahora bien, lo que es nuevo es esto de que somos impasibles ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Esta última afirmación solo se hace para con mi generación.Bien, a ustedes (me refiero a los que hacen esta sentencia, evidentemente) les animaría a que un día mientras van paseando por la calle, alzaran la vista del suelo y vieran las paredes: de edificios, de muros...muchas de ellas están pintarrajeadas, algunas con dibujos y monigotes varios, pero muchas con reclamas. Conste que no defiendo las pintadas, me parecen un acto vandálico de lo más soez para con la ciudad, ya que es antiestetico a más no poder y deteriora el mobiliario urbano. Quedense pues con el fondo del asunto, observen que, sí, que hay muchachos que se expresan (aunque la forma ya digo no sea la más correcta).Ahora bien, lo fácil es criticar por inercia, sin pararse a reflexionar, ni un segundo tan siquiera. ¿De verdad existe alguien tan memo para creer que no nos indignamos? Claro que lo hacemos, pero es un ejercicio interno.Para aquellos que solo saben echar pestes les diré que desde que tengo memoria, ninguna protesta de esas en las que todo el mundo sale a la calle a cambiado absolutamente nada. Quizás me equivoque, pero me remitiré a los hechos, Guerra de Irak, Huelga General del 29 -S, o por ser consecuente con el tema que estoy tratando, la Revuelta Estudiantil en Londres por la subida de las tasas de la matrícula universitaria. Nada, absolutamente nada cambió. Bueno, en el último ejemplo que pongo muchos universitarios pasaron a ser llamados vándalos, y todo porque unos pocos decidieron romperlo todo aprovechando la ocasión.Hace un año, mi clase quiso hacer algo por el Día de la Paz, algo que pasara de lo puramente simbólico. Yo, propuse escribir una carta a un alto cargo para que tuviera constancia de todo lo que se podía cambiar. Nada más expresar en alta voz mi idea, un chico exclamó ¿De que serviría eso? -sería otro acto simbólico más-, -sin importancia alguna- dijo después. La observación que hizo después, jamás se me olvidará: -Nada se cambia, si no eres tú mismo quién lo cambia-. Quiero a propósito de esto hacer un inciso. Lo que dijo mi compañero significa que puedes chillar, manifestarte, escribir, inmolarte quizás, pero que esto, ni siquiera la última enumeración a pesar de ser super bestia, serviría de nada. Cambiarás algo siendo político, curarás a alguien siendo médico, quizás el pueblo podría cambiar algo independientemente de la posición de cada uno, pero falta cohesión y ese es otro tema que no solo atañe a la juventud. Cierro el inciso.Cambiar algo hoy por hoy no es como en tiempos del franquismo donde el sistema se caía por su paupérrima estructura y una protesta estudiantil era todo un acto de insurrección. Hoy algo así no pasaría de lo puramente anecdótico.¿El consuelo que le queda a mi grupo de edad?: Que le pese a quién le pese el futuro es nuestro y esto no lo cambia nadie. Como ya dije antes, somos la generación más preparada, más culta (digan lo que digan de la educación, del Papa o de Cristiano Ronaldo).De momento los adolescentes de hoy en día y como se declara en el link del principio somos los que más creemos en la igualdad de hombres y mujeres, en la democracia como sistema de organización social, (democracia que existe una opinión muy generalizada en la juventud de que es muy mejorable), en la necesidad de ordenar el mundo de forma sostenible, en la radical injusticia que supone hacer diferencias entre personas en función de su etnia, en que la guerra es siempre la demostración de un fracaso y un mal en sí misma.Me parece que todo lo anterior habla muy a las claras de quienes somos.Ya para concluir quiero contestar a la "gracieta" (por llamarla de alguna forma y no entrar en descalificaciones) de @m_aller. Tienes razón, al sentenciar que estamos muy ocupados. Estamos formándonos, aprendiendo idiomas (porque nuestro país no nos asegura un puesto de trabajo), leyendo, pensando...y disfrutando del mundo porque ¡que diantres!, es lo que nos toca. Así que fíjate si estamos ocupados. Un Saludo