Revista Insólito
Los murciélagos no son los únicos mamíferos capaces de desplazarse por el aire, pero sí son los únicos que pueden hacerlo impulsándose con sus alas en vez de planear. Esto es posible gracias a los potentes músculos de sus alas y su ligero cuerpo. Por otra parte, sus patas traseras son débiles, sin embargo, pueden dormir en posición invertida sin riesgo a caerse. Si lo pensamos, aunque no encontremos una razón clara, suponemos que esto debe ser una ventaja evolutiva.
Walking on Wings from Science News on Vimeo.
Si un murciélago durmiera a nivel del suelo podría ser devorado por un depredador. Como no tiene mecanismos para enfrentarse a él, la única opción que tiene es la huida. En el suelo, sería necesario correr para emprender el vuelo, algo que los murciélagos no pueden hacer, exceptuando al vampiro común (Desmodus rotundus). Sin embargo, si están agarrados a una rama o al techo de una cueva en posición invertida tan solo tienen que dejarse caer. Una solución más sencilla y con un gasto energético mucho menor.
Pero no es la única razón por la que adoptan esa posición. Cuando el murciélago duerme boca abajo, no necesita contraer los músculos flexores de los dedos para sostenerse, sino que su propio peso tira del tendón. Entonces se produce un mecanismo de bloqueo por tendón, en el que un tendón adyacente bloquea al flexor e impide que se mueva. Los humanos tenemos un mecanismo con cierto parecido entre los flexores superficiales y profundos de los dedos de la mano.
El bloqueo por tendón permite mantener la posición, una vez más, con un menor gasto energético. Esto no es casualidad, ya que los murciélagos pasan gran parte de su vida en esta posición debido a que en invierno, cuando la comida escasea, se ven obligados a hibernar.
Las aves poseen el mismo mecanismo para dormir en las ramas sin caerse. Sin embargo, algunos murciélagos, como los del género Craseonycteris, Kerivoula y Phyllostomidae, no usan el mismo mecanismo, aunque el resultado sea el mismo.
Otro aspecto interesante de los murciélagos es su sistema circulatorio. Primero porque sigue haciendo referencia a su posición habitual, con la cabeza hacia abajo. Lo lógico sería pensar que la sangre se les acumularía en la cabeza, pero gracias a las válvulas venosas, como las que nosotros tenemos en las piernas, se puede evitar esta situación. Además, de la misma forma que en los seres humanos, el sistema circulatorio interviene en la termorregulación. Cuando vuela, llega más sangre a las alas, liberándose más calor. Cuando permanece en reposo, la sangre se concentra en el cuerpo, conservando el calor necesario para sobrevivir en la hibernación, por ejemplo.
Fuente: The University of Edinburgh, Springerlink, How stuff works, Bob's Bat Cave,