Los católicos reciben en la mañana del 6 de enero los regalos traídos en la madrugada anterior por sus Majestades de Oriente, los Reyes Magos. La fiesta conmemora la Epifanía —de la palabra griega epipháneia, ‘mostrar’ o ‘hacer visible’—, cuando Jesús fue presentado al mundo el 6 de enero del año 1 d. C., pocos días después de su nacimiento, según la fe católica. El catolicismo identificó el día de la Epifanía con la llegada de los Reyes, lo que explica que la tradición esté asentada en países católicos de Europa y América Latina, y especialmente en España. Por el contrario, la Iglesia protestante no reconoce la figura de los Reyes, y en su tradición es san Nicolás, o Santa Claus, quien reparte los regalos en las fiestas de invierno.
Al igual que otras tradiciones cristianas como la Navidad, la leyenda de los Reyes Magos tiene en parte orígenes paganos. La Epifanía se introdujo en el Imperio bizantino en el siglo IV, cuando los cristianos adaptaron las fiestas paganas que celebraban el fin del invierno. El 6 de enero, los griegos de Alejandría rendían culto al dios Aion y los antiguos egipcios conmemoraban el embarazo de Isis como madre de Horus. Las dos tradiciones celebraban el nacimiento del Sol tras la noche más larga del año y le hacían ofrendas. Los cristianos reemplazaron el culto al dios solar por el de Jesucristo, al que llamaban “luz del mundo”.
¿Quién trae los regalos de Navidad a Europa?
La adoración de los Reyes apenas aparece en la Biblia. El Evangelio de Mateo habla de la llegada de “unos magos que venían del Oriente” para adorar al recién nacido y ofrecerle oro como símbolo de su realeza, incienso por su carácter divino y mirra por su condición de hombre mortal. El texto usa la palabra griega magòi para referirse a los magos, aludiendo a los sabios sacerdotes del profeta persa Zaratustra. Pero el término también designaba a brujos y charlatanes por lo que, para evitar esa connotación negativa, los cristianos identificaron a los Magos como reyes, relacionándolos con el salmo bíblico que profetiza la visita de unos reyes lejanos para adorar al Mesías.
No obstante, el Evangelio de Mateo no aclara los nombres, origen ni número de los Magos. La leyenda se fue construyendo gracias a los evangelios apócrifos del siglo II, que describen las vestiduras de estilo persa y el color de piel oscuro de los Reyes. Su número se fijó en tres por los tres obsequios que traían, aunque la cifra también esconde simbología cristiana. El principal dogma católico es de la Trinidad, por la que Dios es un ser único con tres representaciones: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Tres también son las estirpes de Noé, que habitan las tres regiones conocidas entonces: Asia, Europa y África, representadas por los Magos. El número tres también podría simbolizar las cualidades de Jesús como rey, dios, y hombre, o bien las tres edades del hombre: juventud, madurez y vejez.
La mezcla de tradiciones dio lugar a distintos nombres, edades, procedencia, aspecto físico y número de los magos. Sus rasgos se consolidaron a partir de la Edad Media y a través del arte. Por ejemplo, en el mosaico bizantino de San Apolinar el Nuevo de Rávena (Italia), del siglo VI, aparecen con ropas orientales y sus nombres actuales: Melchor, Gaspar y Baltasar. El pintor renacentista italiano Andrea Mantegna fue el primero en pintar a un rey negro en el Tríptico de los Uffizi de 1460, como parte de la apuesta del Vaticano por extender el cristianismo a África.
¿Por qué se celebra la Navidad el 25 de diciembre?
La costumbre española de hacer regalos el 6 de enero apareció en el siglo XVI, cuando la Iglesia prohibió entregar juguetes en el día de Navidad debido al origen pagano de esta tradición. El roscón de Reyes, el dulce típico de esta fecha, también tiene origen pagano: evolucionó de una torta propia de las Saturnales romanas. La primera cabalgata de Reyes está documentada en la ciudad española de Alcoy en 1866.
¿Por qué los Reyes Magos llegan el 6 de enero? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.