Se ha publicado un estudio en Psychiatry Research sobre los efectos adversos emocionales de los antidepresivos. Como explica sus autores, el trabajo se desarrolla “en el contexto del rápido aumento del uso de antidepresivos a nivel internacional”. Os explicamos sus conclusiones.
Las reacciones adversas emocionales e interpersonales fueron informadas por 1.829 personas de Nueva Zelanda consumidoras de este tipo de medicamentos. Se estudiaron una veinte de daños, que suelen presentarse de manera más habitual entre los jóvenes. Son dificultades sexuales que se manifiestan en el 62% de los pacientes; embotamiento emocional (60%); no “sentirme como soy” (52%); menos sentimientos positivos (42%); menor preocupación por otros (39%) e ideas suicidas (39%). Al dejar de tomarlos, el 55% refirió síndrome de abstinencia.
¿Cual es la conclusión de los investigadores?:
Los efectos adversos de los fármacos antidepresivos pueden ser más frecuentes de lo que se sabíamos hasta ahora e incluyen efectos emocionales e interpersonales”.
Un dato me llama especialmente la atención. Más de la mitad de los consultados llevan tomando medicamentos antidepresivos más de tres años, cuando se supone que este tipo de preparados fuertes debe utilizarse, en los casos en que esté justificado, el menor tiempo posible precisamente para evitar daños. Esto manifiesta una clara irregularidad y es que están recetándose antidepresivos fuera de indicación. Eso sí los daños se los come el que se come la pirula valga la redundancia, claro.
Por cierto, no soy psiquiatra pero ¿tantas depresiones hay que duren tanto tiempo? Eso sí que es para mirarlo. Comentamos hace poco que la tristeza es una emoción humana y las píldoras de la felicidad NO existen. El estudio que comentamos también avala el argumento de que el diagnóstico de “depresión” está aumentando entre las personas sanas. Millones de personas son diagnosticadas de depresión cuando simplemente están tristes o angustiadas.
Otros informes científicos explican que los medicamentos antidepresivos son recetados sin justificación a personas de luto por un ser querido o con problemas sexuales o que no consiguen dormir. Curioso que luego el 62% que usan estas píldoras padezcan problemas sexuales. Esto sí que es una locura.
¿Moraleja? Si queremos estar sanos debemos empezar por hacernos responsables de nuestra salud y sólo ceder a la “tentación de médicos-píldoras”, salvo en casos de verdadera necesidad.