Traumatismos, inflamaciones o varicoceles, los problemas más frecuentes El 50% de los traumatismos ocurre practicando deporte Una tensión testicular se debe tratar en las seis primeras horas Que los dos estén a distinto nivel no supone ninguna anomalía
El que un testículo esté colocado un poco más bajo que su compañero no supone ninguna anomalía como a veces se puede llegar a pensar ni tampoco supone ningún problema de salud, salvo excepciones, que el tamaño entre ambos sea diferente.
"Los testículos se forman en el feto dentro del abdomen y descienden paulatinamente hasta colocarse en el escroto. Uno de los dos puede descender algo más y, siempre que ambos estén en la bolsa escrotal, no supone ninguna patología", explica a EL MUNDO el doctor Carlos Hernández, Jefe de Servicio de Urología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Por el contrario, añade, hay veces que uno o los dos testículos no llegan a alcanzar el escroto (criptorquidia) y es entonces cuando hay que conseguir su descenso. En estos casos, la mayor parte de las veces esa bajada se logra mediante una intervención quirúrgica, sobre todo si es después de los dos años de vida.
Respecto al tamaño, no es una duda frecuente en las consultas de Urología, señala este especialista, salvo en casos donde hay claramente una importante disminución o aumento del volumen testicular. "En varones jóvenes, donde es más frecuente el cáncer de testículo, existen consultas en relación con este tema cuando perciben alguna molestia o creen haber notado algún cambio o nódulos a dicho nivel", indica.
Por su parte, la doctora Carolina Bueno Bravo, uróloga del Hospital Quirón de Madrid, aludiendo a su experiencia profesional, agrega que en general los hombres no se preocupan en exceso por el tamaño y apariencia de sus testículos, pero sí es cierto que este hecho varía mucho con la edad. "Los pacientes más jóvenes tienden a preocuparse más por ello, pero no los de mayor edad", asegura.
Patologías frecuentes
Las patologías testiculares más frecuentes son traumatismos, inflamaciones, tumores, varicoceles (varices), o acúmulo de líquido (hidrocele). En el caso de los traumatismos, mantiene Hernández, el 50% se produce practicando deportes y el 9% en accidentes de motos o coches.
En los varicoceles, añade la doctora Bueno, la incidencia global se sitúa en torno al 15 % de la población general, y de éstos, entre el 20 % y el 40% presentan infertilidad clínica. "Más del 90% de los varicoceles son del lado izquierdo, entre el 5% y el 8% son bilaterales y menos del 5% son del lado derecho", mantiene. Se clasifica en tres o cuatro grados en función de su intensidad: con los varicoceles leves se mantiene una actitud conservadora y en los de mayor grado, se valora un tratamiento quirúrgico.
Por su parte, el cáncer de testículo representa entre el 1% y el 1,5% de las neoplasias masculinas y el 5% de los tumores urológicos, en general, con tres-seis nuevos casos por 100.000 varones/año en el mundo occidental. El tipo histológico varía, aunque existe un predominio claro (90-95%) de los tumores de células germinales. "La incidencia máxima se da en el tercer decenio de la vida en caso de los tumores no seminomatosos y en el cuarto decenio, en el caso del seminoma puro", explica.
Los antecedentes de criptorquidia, síndrome de Klinefelter, antecedentes familiares de tumores testiculares en familiares de primer grado son algunos de los factores de riesgo epidemiológicos, pero con el tratamiento adecuado, según señala la experta, presentan altas tasas de curación. "Lo fundamental es realizar un diagnóstico precoz preciso basado en una adecuada anamnesis, exploración física, ecografía testicular, analítica con marcadores tumorales específicos y estudio de extensión", subraya.
¿Qué hacer ante el dolor?
Dependiendo de la patología los síntomas son distintos. Los varicoceles, explica el doctor Hernández, pueden producir molestias pero sin causar un dolor agudo. La inflamación aguda (orquitis u epididimitis) se acompaña de aumento de tamaño, dolor intenso y, en ocasiones fiebre. Y por su parte, el cáncer de testículo no genera dolor y se sospecha por aumento del tamaño testicular y endurecimiento de la zona afectada.
Pero, ¿qué hacer entonces cuando surja un dolor fuerte o algún síntoma raro? Un dolor testicular brusco e intenso, explica el experto, puede deberse a un cuadro inflamatorio /infeccioso (orquitis o epididimitis) o a una torsión aguda del testículo. Por ello, ante un cuadro de ese tipo, "si no cede en poco tiempo, se debe acudir a un hospital de urgencias para que se diagnostique correctamente", recomienda.
De este modo, una torsión testicular ha de ser diagnosticada y solucionada en las primeras seis horas ya que, de lo contrario, asegura el doctor, se corre el riesgo de perder el testículo, dado que deja de llegar sangre a este órgano y con el paso del tiempo las lesiones se convierten en irreversibles.
"En todos los casos es imprescindible acudir a un especialista para que estudie si esas molestias, ese cambio de tamaño o de consistencia, tienen o no importancia. Es importante aprender si esa valoración ha de hacerse de forma urgente o no", advierte. Esto es: ante la aparición de algún nódulo duro, no doloroso, la valoración ha de ser preferente, en pocos días, por la posibilidad de la existencia de un tumor. También, todos los traumatismos testiculares han de valorarse de forma urgente y, como se ha nombrado anteriormente, evaluar si hay una posible torsión testicular.
En cambio, cuando aparecen molestias poco importantes, más o menos repetidas, aumento de volumen sin dolor y sin incremento claro de la consistencia, "la valoración por el especialista puede demorarse", concluye el experto.