Yo que tanto critiqué a Smallville en su día, yo que tanto me cansaba de las series en las que se limitaban a plantear y resolver casos... Y ahora resulta que me he aficionado, no a una, sino a dos series que prácticamente bebe del mismo estilo.
No obstante, todos los que las sigáis sabréis que poco tienen que ver con las series a las que me refiero. Flash no es nada aburrida, y aunque tengan episodios prototipo de "nuevo villano que hay que detener", siempre pasa algo. Siempre avanza en su historia principal. Y es que en su primera temporada se ha comido con creces a las demás series de superhéroes (con la excepción de Arrow, por supuesto). Porque seamos sinceros, si sois igual de apasionados que yo con este tipo de género, sabréis lo maltratado que puede llegar a ser en televisión, (las películas son otra historia). Casos como Smallville en los que hasta el propio Superman ya te empezaba a caer mal, o Gotham, la cual empecé a ver y finalmente me cansó, y eso que adoro y venero a Batman, pero ya os digo, caso tras caso sin más miga que la de capturar y dar su merecido al malo, no me motiva, a parte que prefiero ver a un Bruce Wayne más madurito. Y de repente, llega este delgaducho, al más puro estilo Sheldon Cooper (no tan rarito), que como (aparente) único poder es el de correr rápido, y va y me encandila.
Fijaos hasta qué punto estaba reacia, que cuando se estrenó Arrow (serie que dio lugar al nacimiento de Flash), decidí no perder el tiempo en ver a un tipo que como super arma tenía un arco y unas cuantas flechas, frente a la era moderna de armas de fuego. Por muy buena que me dijesen que era, nada yo en mis trece, juzgándola sin verla. Y un buen día, sin nada mejor que hacer, zappeando sin rumbo, Antena 3 estrena Flash. Ver un serie doblada, no es que sea mi afición preferida, pero para tantear el terreno... Tres episodios fueron suficientes para picar mi curiosidad. ¿Y qué ocurrió? Que acabe viendo Arrow (ese chico fuerte y serio con grandes problemas para girar el cuello, ¿os habéis fijado?). Y tengo que decir que ambas son igual de interesantes, al igual que Flash, Arrow, trata casos de villanos llegados a Starling City, pero siempre avanzando en su historia, y para qué negarlo, que salgan villanos conocidos por Batman, mola y mucho.
Otra cosa que me encanta de ambas series es los crossovers que hay entre ambas. De sobra es conocido que cuando se hace un spin off de una serie, lo normal es que en los primeros capítulos salga el protagonista de la serie original, como para dar paso a esta que llega. Pero lo que no suele pasar es que se hagan tantas apariciones estelares (véase en la serie de vampiros Ángel, en la que Buffy, su antecesora, sólo apareció una o dos veces en sus cinco temporadas). Lo normal, o lo acostumbrado es una cada mucho episodios, y si acaso. Pero me gusta que esto lo mantengan, que se hable de una en la otra y viceversa, que se visiten mutuamente y que mantengan esa conexión. Creo que le da cierto juego y que mantiene a los fans pendiente de ambas series.
La pega más grande que puedo achacar, a ambas, es como suele ser habitual, la chica. Tanto en Flash como en Arrow, las chicas protagonistas son lo peor. Tanto Iris West como Dinah Laurel Lance (esta última incluso más, ya que Katie Cassidy, la actriz que la interpreta me parece insufrible), son personajes femeninos cansinos hasta la saciedad. Espero que mejoren con creces, porque lo que llevo hasta ahora de ambas sólo me dan ganas de que acaben bajo tierra. No entiendo porque les cuesta tanto conseguir personajes femeninos de calidad, como por ejemplo Felicity, graciosa y lista, así sí.
Ahora sólo queda esperar (muy poquito ya) para ver las siguientes temporadas. ¡Qué ganas!