Para muchas personas, tatuarse es algo crucial. Les gusta recordarse a través de su piel las cosas más importantes. Yo hace poco estaba muy lejos de pensar así. Hace unos dos años, mantenía que “pagar dinero porque te hicieran daño” era poco más que una aberración. Lo tenía claro. Y entonces un día como cualquier otro mantuve una conversación en el curro. ¿Qué tatuaje te harías? Y eso llevó a Google… y Google llevó a un recuerdo. Y ese recuerdo a una fijación. Y esa fijación, respaldada por una fuerte convicción, al tatuaje de un bonito globo aerostático que ahora está dibujado en mi pierna.
Esa convicción está relacionada con los viajes, por eso pensé en este artículo. Esa convicción es en realidad el amor por los viajes. La certeza de que aunque no me hayan cambiado, me han permitido descubrir en mayor medida cómo soy, qué quiero y unas cuantas formas de disfrutar la vida. ¿O no se trata de eso? Y como siempre, eso me llevó a pensar. ¿Tanto te gusta viajar como para que sea en lo primero que piensas para llevarlo contigo siempre? Y la respuesta fue definitivamente sí.
Porque…
Porque son un recuerdo feliz
En primer lugar, porque son algo que me pertenecen solo a mí, que puedo hacer y deshacer a mi gusto –los viajes, digo- y que no serán algo con lo que digamos un día pueda estar por ejemplo, enfadada; o triste. Sí, puedo viajar menos, pero será una decisión mía y en ese caso, me recordarán el pasado. Y será un pasado feliz. Creo que eso ya es suficiente.
Porque el viaje refleja cómo eres
En sintonía con lo que digo en el primer punto, el día que decidí definitivamente hacerme el tatuaje viajero fue cuando me di cuenta de que estaba sola en ese camino que emprendí hace años de viajar y disfrutar de ello sin límites. Y que por supuesto no hay vuelta atrás. Que viajar me encante y que lo haga a mí manera no va a cambiar; ya forma parte de mí.
Fue en India, un país al que siempre le había tenido respeto, y que me resultó mucho más fácil cuando estaba allí. Porque hay pocos límites en un viaje y me di cuenta de que los límites los solemos poner las personas. Y digamos que no quería olvidar aquello.
Porque los viajes forman parte de tu personalidad
Porque me he dado cuenta de que los viajes forman parte de mi personalidad. Siempre he defendido que un viaje no te cambia; que en ellos eres como lo eres cuando estás en tu rutina y te comportas de una u otra manera. Pero me he dado cuenta que eso no es incompatible con que en los viajes, refuerces aún más tu forma de ser. Y sobre todo, que la lleves acabo cómo, dónde y el momento exacto en que decides hacerlo. Es una experiencia muy liberadora esa de hacer lo que te da la gana. Aunque creemos que lo hacemos así a diario, a veces no es exactamente así.
Es el hecho de que sea algo profundamente mío; de forma independiente, lo que hace que tenga un sentido muy personal. Y duradero… Cuando algo llega a forma de tu personalidad es para siempre, aunque pueda transformarse con el paso de los años. ¡Será curioso saber qué pienso de ese tatuaje cuando tenga 60 años! De momento, lo he hecho en un lateral de la pierna para no cansarme demasiado mirándolo.
Porque verlo ahí, ayuda…
Porque me he dado cuenta que en esto de viajar un 90% es voluntad y verlo ahí me puede ayudar a arrancar, a poner todo de nuevo patas arribar y ver un vuelo para salir de Madrid y conocer un nuevo lugar. Y si no cumple ese cometido, que tampoco es crucial, como dije antes, simplemente lo veré y recordaré momentos y sentimientos geniales. Me causará buen rollo.
Porque viajar es vivir
Porque viajar me da la vida. Sencilla y llanamente. Ya no concibo los meses sin pequeñas escapadas, grandes ideas, planificación de nuevos trayectos, seguir alimentando las ganas de viajar, escribir sobre ello…
Y tú, ¿te has planteado alguna vez hacerte un tatuaje?