Es común que al hacerle una ecografía a una mami embarazada se vea al feto succionado su dedo pulgar, acción que puede repetirse aproximadamente hasta los cuatro años de edad.
Esto es una conducta habitual y fisiológica en los bebés y niños de corta edad.
Pero cuando este hábito se prolonga en el tiempo puede traer consecuencias negativas, por lo que es necesario corregirlo en su preciso momento.
¿Qué consecuencias puede tener chuparse el dedo?
En los niños que utilizan chupete es más fácil quitar esa costumbre, ya que basta con retirar el objeto, cosa que no podemos hacer con los dedos.
La aparición de problemas maxilofaciales, dentales y del lenguaje está en relación con la frecuencia, intensidad y tiempo de duración de este hábito, especialmente si se mantiene más allá de los 4 años de edad.
Afortunadamente, la costumbre resulta inofensiva en los primeros meses de vida, pero se tornará en problema cuando empiecen a brotar los dientes permanentes, aproximadamente a los seis años.
La Asociación Dental Americana aconseja que la succión del pulgar debe ser corregida entre los 4 y 5 años de edad, porque si continúa pueden aparecer los siguientes problemas:
• Cambio de orientación de las arcadas dentarias: desplazándose hacia delante la superior y hacia detrás la inferior.
• Mordida abierta.
• Deformación del paladar: haciéndose cada vez más convexo (paladar ojival). Lo que trae problemas en las tareas que precisen del apoyo de la lengua sobre el paladar (deglución, producción fonemas)
• Insuficiente desarrollo del maxilar superior: la posición anómala de la lengua en relación al maxilar por la interposición del dedo hace que este no se desarrolle al mismo ritmo que el resto de macizo facial.
• Alteraciones del lenguaje: debido a la modificación de los elementos que intervienen en la fonación (paladar, lengua y dientes), la pronunciación de determinados fonemas puede verse afectada (/t/, /r/, /d/ y /l/) dando lugar a dislalias. También puede ser posible el ceceo y el seseo.
• Infecciones
• Gingivitis.
Hay estudios científicos sobre este tema…
Un estudio realizado por el pediatra estadounidense Berry Brazelton indica que la necesidad de succionar es más fuerte durante los primeros seis meses de la vida, después de cumplir un año de edad solo mantienen esta necesidad el 6% de los bebés y sólo 3% continúan después de los dos años.
Si bien después del alumbramiento el deseo del lactante de succionar el pecho de la madre o el biberón responde a un impulso de supervivencia, la acción puede llevarse a cabo aun cuando no sienta hambre, lo que ocurre en más de 80% de los bebés, y lo cual es identificado como “succión no nutritiva”.
La explicación que da el Dr. Brazelton al respecto, es que mamar el pulgar parece ayudar al niño a consolarse a sí mismo.
Pese a que lo anterior se presenta en más del 30% de los niños de dos años de edad, esto no quiere decir que el pequeño se sienta inseguro o tenga problemas emocionales, sino se chupa el pulgar cuando está cansado, aburrido, enfermo, molesto o cuando no está utilizando las manos para jugar.
¿Qué deben hacer los padres? ¿Cómo evitar que se chupe el dedo?
Aunque para muchos puede parecer que no hay que prestar cuidado, el hecho de que bebés y niños se chupen el dedo pulgar es motivo de atención por parte de los padres.
Evitar que se chupe el dedo. Esto parece que no resuelve la pregunta que se plantea pero tiene su lógica, ya que cuanto menos se chupe el dedo menos ganas tendrá de hacerlo, por lo que el principal objetivo será: Evitar que el niño se meta el dedo en la boca. Debemos entretenerle con actividades que implique el uso de las dos manos, de este modo evitaremos que pueda meterse el pulgar en la boca y así poco a poco iremos controlando el impulso de hacerlo.
No conflicto. Lo que indican los pediatras a los padres es no buscar el conflicto (aunque sea casi imposible no manifestar enojo).
Cubrir el pulgar. De noche chuparse el dedo tiende a ser un proceso involuntario, pero hay que intentar detenerlo. Para ello, puedes cubrir el dedo con algo como un guante, tiritas, vendas… deja que él escoja el método, felicítalo y anímalo por la idea.
Utiliza el refuerzo positivo. El refuerzo positivo es una de las mejores formas para alentar un cambio de conducta en los niños. Felicita al niño de forma verbal por no chuparse el pulgar.
Regresión de la succión dactilar en edades avanzadas
Finalmente, cabe mencionar que si el hábito de chuparse el dedo se presenta, o regresa, en la adolescencia, la causa generalmente es que el chico tiene algún conflicto emocional. Lo indicado en estos casos es recurrir a ayuda al psicólogo o psiquiatra, a fin de recuperar la estabilidad del afectado.
