En
esta publicación extraigo las conclusiones de un trabajo de investigación sobre
la importancia de gestionar la inteligencia emocional en las escuelas ¿Podemos pensar
en Calidad Educativa, sin tener este factor en cuenta?
Los
cambios producidos en la sociedad actual nos han llevado a buscar nuevas
perspectivas y líneas de actuación en la educación. Muchas de ellas pasan por
desprendernos de paradigmas educacionales tradicionales centrados tan soloen la adquisición de conocimientos académicos.
En
nuestras escuelas del siglo XXI estamos viendo cada vez más como hay
situaciones que nos desbordan, los cambios sociales están derivando en nuevas
situaciones muy diferentes de las que vivíamos
apenas hace 10 años. Para afrontar estas nuevas situaciones debemos ser
miembros activos del cambio y buscar soluciones más allá de las puramente
académicas. Las teorías de las inteligencias múltiples y la inteligencia
emocional mencionadas, nos abren nuevos caminos para entender cómo aprenden
nuestros alumnos y que necesitan para ello. Centrarnos en ellos, en sus deseos,
sentimientos y extraer su máximo potencial.
Entender la educación desde una perspectiva más integradora y global nos
ayudará a dar respuesta a nuestros alumnos y a las situaciones que se nos
plantean en el aula.
Crear
escuelas emocionalmente inteligentes con la ayuda de las familias nos llevará a
tener alumnos que sepan gestionar sus emociones y que sepan afrontar de manera
positiva las situaciones adversas que se
encontrarán a lo largo de su vida. A su vez, el aprendizaje de estas
habilidades sociales y emocionales hará que asimile más conocimientos en el aula, se reduzcan las
situaciones conflictivas en las mismas, que mejorará la convivencia del mismo
centro, se favorezca el desarrollo de habilidades tan importantes como el
trabajo en grupo y equipo, la asertividad, manejo de conflictos... Y sobre todo, que sean menos propensos a
presentar trastornos emocionales vinculados con las relaciones interpersonales
en su vida adulta.
Para
aprender a gestionar las emociones hace falta entrenamiento en las destrezas y
habilidades mencionadas y sobre todo
hacerlas parte integrada del mismo centro y no solo como una pequeña parte
dentro de un todo. Debemos ser
conscientes que la cognición y emoción forman un todo y que el alumno
debe ser capaz de alcanzar su desarrollo
integral a partir del mismo. Gestionar
las emociones en el aula debe ser un trabajo conjunto de las familias y el profesorado.
Un profesorado formado en destrezas y
habilidades emocionales, capaz de dar respuesta a las diferentes
situaciones que se dan en el aula. Una de las formas de gestionar las emociones
en el aula es mediante un cambio metodológico que implemente el aprendizaje
social y emocional en la escuela a través de la adquisición de las competencias sociales y emocionales.
En
definitiva, se trata de aprender desde
edades tempranas a compartir y comprender las emociones, a gestionarlas y a
interactuar con los demás. A fomentar el compañerismo, trabajo en equipo y
altruismo, los cuales tienen una fuerte
incidencia en el rendimiento académico, en el desarrollo personal y en la vida
laboral y adulta.
Extraído
de:
LA
IMPORTANCIA DE GESTIONAR LAS EMOCIONES EN LA ESCUELA: IMPLICACIONES EN EL
PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE.
ANDRÉS
ALAGARDA MOCHOLÍ.