Muchos o algunos hemos leído u oído a hablar de los 2 terribles años o de la pequeña adolescencia, de las rabietas y pataletas, de la crisis de oposicionismo que se inicia a partir de este momento. Otros padres, por el contrario se encuentran por primera vez, sin saber nada, con niños que empiezan a desobedecerles, que se enfadan y se tiran por el suelo, niños que ante cualquier petición que les hagamos contestan con un "NO, NO QUIERO", niños tercos y testarudos que se niegan a hacer lo que les pedimos. Y desconocen que esta terquedad, desobediencia y negación sistemática forma parte del correcto desarrollo de nuestros hijos, que forma parte de la creación de la personalidad de nuestros pequeños, que necesitan reafirmar su floreciente yo.
Por tanto, hay que recordar que, cuando nuestro hijo de 2 años nos desobedece o se niega a realizar lo que le pedimos está reivindicando su independencia recién estrenada. Tras el segundo cumpleaños, nuestros hijos necesitan reafirmar sus logros y su autosuficiencia. Ya saben hacer muchas cosas y reclaman cada vez más hacer cosas ellos solos, ya saben caminar perfectamente solos, comen solos, hablan e incluso pueden colocarse alguna pieza de ropa sencilla. Quieren y piden ser cada vez más autónomos e independientes y eso choca con el entorno donde viven ya que todavía no son capaces de poder andar por el mundo solos.
El niño de 2 años, protestón, negativista, terco y testarudo puede ser un gran provocador pero entendamos que tras sus respuestas hay algo muy importante: saber decir no y defender sus propios deseos e intereses, una gran herramienta que le ayudará mucho en la vida.
Sin embargo, y dicho todo esto, no pretendo que se entienda que debemos dejar que nuestros hijos hagan todo aquello que les viene en gana, entender las protestas no significa que cedamos ante ellas. Es decir, no se trata de dejar que nuestros hijos se conviertan en unos tiranos, sino de mantener el control de la situación, debemos dejarles tiempo para que puedan hacer las cosas por sí solos a la vez que les enseñamos que sus enfados o rabietas no conseguirán hacernos cambiar de opinión.
La paciencia, como ingrediente fundamental en la crianza y educación de nuestros hijos, nos ayudará a superar muchas de las situaciones y pequeños conflictos que se nos plantean con nuestros hijos, tan habituales en esta etapa de los 2 a los 4 años. Llegados a este punto, vale la pena reflexionar qué es lo que queremos lograr con la educación de nuestros hijos y pensemos sobre qué hacer cuando nos desobedezcan la próxima vez: ¿queremos hijos sumisos y asustados que obedezcan y actúen por miedo a al castigo, matones que respondan con agresividad y enfado ante cualquier frustración imitando nuestros comportamientos o hijos que crezcan seguros, flexibles e imaginativos, ... en un entorno que entiende su desarrollo, sus necesidades y sus inquietudes?
Una de las palabras favoritas del niño de 2 años es el "NO" y con el no crece y se desarrolla como persona, reivindica que es un ser distinto a nosotros, con sus gustos, preferencias, deseos y ganas de hacer.