Muchas madres nos empeñamos en limpiar los oídos de nuestros hijos con bastoncillos, pensando que mantener el cerumen en sus oídos es una medida antihigiénica. Más lejos de la realidad. El uso de bastoncillos en los oídos puede provocar muchas complicaciones tanto a corto como a largo plazo.
Debemos conocer que el bastoncillo, no sirve para limpiar la acumulación del cerumen sino que realiza el efecto contrario, compactándolo y provocando tapones que puede provocar otitis en el conducto auditivo externo, e incluso consecuencias más graves como la perforación del tímpano.