Bien, pues ahora te contaré la verdad sobre este nuevo tipo de publicidad y sobre los verdaderos resultados de sus anuncios, es decir, ningún resultado que pueda llamarse rentable.
Es evidente que estamos dentro de un mercado publicitario lleno de charlatanes que cada día capitalizan la ingenuidad, la ignorancia y el desconocimiento que existe sobre el mundo digital… y que si algo se les puede reconocer, es haber encontrado este camino para hacer dinero a costa de esa ignorancia.
Luego, blogs, diarios y otros medios aparecen mostrando supuestos casos de éxito conseguidos con publicidad hecha con pseudo famosos en plataformas digitales, ya sea con YouTube u otras redes sociales, que al final no han aportado beneficios más que para ellos, debido a la ingenuidad de los empresarios que han caído en la trampa.
Vale, pero ¿Por qué no funcionan las campañas con YouTubers?
La respuesta es sencilla: la radicalización de sus contenidos, el exceso de ego, la falta de naturalidad, la evidente publicidad comercial en sus videos, y sobre todo, la ya inexistente cercanía que antes les conectaba con el público (la que alguna vez les convirtió en personas que apetecía seguir), ha provocado que el nivel de fama se haya revertido, siendo ahora considerados como simples anuncios publicitarios. De hecho, las campañas con estos pseudo famosos se han masificado de tal forma que han perdido su impacto, si es que alguna vez to tuvieron.
Por otro lado, el público objetivo de las campañas con YouTubers está muy delimitado hacia cierta edad, a una determinada geografía, a un único idioma, cultura y poder adquisitivo, con lo que son totalmente ineficaces según el tipo de marca producto o servicio que se quiera publicitar. De hecho, la principal deficiencia de estas campañas, es que el público objetivo mayoritario que consume sus videos no tiene apenas poder adquisitivo.
La otra razón de peso son las desorbitadas sumas de dinero que los YouTubers piden por hacer que tu producto o servicio apenas aparezca mencionado en uno de sus videos. He visto precios, en España, que van desde los 4.000 a los 60.000 euros. ¡Madre mía! ¿Cómo una empresa puede sacar rentabilidad a una campaña tan costosa con un formato tal fútil y con una audiencia centrada mayoritariamente en adolescentes y pre-adolescentes?
De la misma forma, la estandarización de este tipo de perfiles y el hecho de que no puedas contactar con ellos directamente y que todo el contacto se haga a través de alguna agencia de publicidad, les ha hecho perder ese carácter anterior, han perdido «eso» que les convertía en interesantes, entretenidos, y a veces, útiles.
Y al haberse convertido en simples spots publicitarios, han provocado que el retorno de la inversión de las empresas que les pagan para que muestren sus marcas, productos o servicios en sus videos, se haya reducido a nada.
¿Por qué un YouTuber no debería estar haciendo publicidad?
Es importante que entiendas que la publicidad es para los publicistas, es decir; para que la publicidad funcione y aporte beneficios, debe ser diseñada y ejecutada por publicistas que cuenten con un método probado para entender a los consumidores, detectando las propiedades más relevantes de los productos o servicios. Todo esto combinado con técnicas que lleguen a la mente y al corazón de las personas que llamamos clientes potenciales. Entonces…
- Los YouTubers, al igual que los actores y comediantes, pueden ser muy buenos en lo que hacen, pero no son publicistas.
- Los videos interesantes, divertidos e ingeniosos, pueden generar atracción, pero si les metes publicidad, dejan de ser ocurrentes.
- Un YouTuber no cuenta, ni por asomo, con la capacidad para establecer una estrategia de comunicación adecuada seleccionado los elementos y aspectos adecuados para una marca.
Este post, es para evitar que caigas en las garras de merolicos y charlatanes de fama efímera que se han aprovechado de la difusión y protagonismo que les han dado los medios para hacer publicidad que no sirve. Bueno, sí sirve para algo, para llevarse tu presupuesto.
¿Qué cómo sé todo esto? Porque lamentablemente he hecho campañas con YouTubers y he comprobado de primera mano que es del tipo de publicidad que menos sirve, el impacto no es proporcional a la inversión y los resultados son siempre pérdidas, es decir, en mi opinión, no sirven para nada.
Y da igual si siguen teniendo seguidores y visualizaciones (más abajo te dejo una imagen con un gráfico que lo demuestra), quienes ven sus videos ya saben que se trata de publicidad y la minoría que podrían estar convencida del anuncio luego de ver al YouTube mostrar algo, no tiene el dinero para adquirir el producto mostrado.
Además, estos chicos se harán mayores en breve y su público también… y pasará como con Tuenti (¿Te acordabas de esa red?) nadie se acordará de que algún día existieron, como les sucede a los famosos efímeros, a los que sólo entretuvieron y nunca aportaron nada útil, famosos tipo kleenex, como les llamo yo a quienes una vez «usados» se les desecha, porque el famoso de este tipo no es nada si no hay espectadores.
¿Qué hacer? ¿Qué alternativas existen?
Uno de los fenómenos que hemos descubierto en The Plan Company ejecutando campañas con usuarios influyentes (no famosos) en redes sociales, incluyendo YouTube, son los denominados: microinfluencers.
Aunque son personas que poseen un número de seguidores menor en comparación con los usuarios famosos, poseen también un nivel de autoridad e interacción muy superior al de las personas famosas, debido a su cercanía y naturalidad.
Otra ventaja, es que sus comunidades de seguidores están mejor localizadas, debido a que sus contenidos se dirigen a un público muy específico, bien por razones temáticas o demográficas, lo que les permite llegar a estos públicos sin problemas y de manera segmentada.
Este tipo de perfil de usuario micro influyente es mucho más eficaz a la hora de realizar campañas, ya sean de colaboración o bien campañas de pago, debido a que no han perdido su naturalidad ni su autoridad frente al público que les sigue.
Los microinfluencers pueden hablar de productos y servicios en un marco de uso real porque son precisamente productos o servicios que han utilizado y que casan muy bien con sus sectores o temas de influencia.
Lo mejor de todo, es que estas personas, no sólo comparten contenidos por los que les han pagado, sino que de forma voluntaria, también hablan y comentan sobre marcas y productos, recomendándolos sin tener ninguna relación con ellos, lo que definitivamente mantiene la confianza y fidelidad de sus seguidores.
En este enlace te explico cómo realizar una verdadera campaña con influencers en redes sociales: Influencers Marketing
Por cierto, no sé si lo sabías, pero el número de seguidores, «me gusta» o visualizaciones no va en paralelo con el volumen de influencia. Un reciente estudio de la agencia inglesa Digiday así lo confirma. Observa la siguiente imagen de dicho estudio:
En resumen:
– Los usuarios que tienen menos de 1K de seguidores alcanzan un 8% de engagement con sus comunidades.
- Los usuarios que tienen entre 1K y 10K alcanzan hasta un 4%.
- Los usuarios que tienen entre 10K y 100K sólo un reducido 2%.
- Los usuarios que tienen más de un millón de seguidores apenas llegan al 1,7% de engagement con sus comunidades.
¿De verdad sigues pensando que un famoso es influyente?
Yo lo tengo muy claro a la hora de estirar el presupuesto, sobre todo para las PYME, los principales clientes de The Plan Company. Pagarle a un YouTuber es tirar el dinero, sobre todo, porque se llevan casi todo el presupuesto previsto para publicidad, Así que la mejor opción son los microinfluencers, con ellos, puedes diversificar tu presupuesto y hacerlo más rentable.
Si aún no sabes cómo elegir entre influyentes y famosos o si estás interesado/a en realizar una campaña con microinfluencers que aporte beneficios a tu empresa, contáctame: [email protected]