En una sociedad en la cual hay mĂĄs riqueza, y muchos disponemos de mĂĄs productos y servicios que nunca antes en la historia, muchos no se sienten felices. Pero, Âżpor qué? La tecnologĂa avanza a pasos agigantados, pero nuestra satisfacciĂłn personal no lo hace al mismo ritmo. ÂżQué tienen que ver las expectativas con nuestra felicidad?
Expectativas por encima de la realidad
Es una idea muy arraigada en la sociedad que si se tiene mĂĄs, uno es mĂĄs feliz. Sin embargo, lo cierto es que la realidad y varios estudios han demostrado que no es asĂ siempre. La felicidad no es tener mĂĄs, pero tampoco necesariamente consiste en tener menos.
Cuando nuestras expectativas superan a la realidad, estamos condenados a ser infelices. ÂżDebemos pues rebajar nuestras expectativas? La respuesta no es Ăşnica, ya que la clave es saber en qué medida alcanzar esas expectativas dependa de nosotros.
Por ejemplo, puedes tener unas expectativas de ganar un salario de 5.000 â‚Ź al mes netos como profesor, enfermero, contable, etc. No obstante, supongamos que en el mercado laboral de tu ciudad pocos profesionales pueden superar apenas los 2.000 â‚Ź en la realidad, independientemente de su experiencia y/o estudios.
Por lo tanto, va a ser prĂĄcticamente imposible que alcances tus expectativas, ser profesor y cobrar todos los meses 5.000 â‚Ź netos, por mucho que te esfuerces en tu trabajo. Si no cambias de trabajo, no podrĂĄs nunca hacer realidad tus expectativas. TendrĂĄs que cambiar de ciudad o paĂs o no serĂĄ posible.
Otra opciĂłn es que busques una promociĂłn y consigas un puesto directivo de mayor responsabilidad y salario. Es una posibilidad quizĂĄ en algunas compaĂąĂas, pero no en todas, por lo que incluso habrĂa que considerar un cambio de empresa. En cualquier caso, el cambio de trabajo a un puesto directivo implica eso, un cambio de trabajo, por lo que ya no hablamos de un profesor, enfermero, contable, etc., sino de un puesto directivo.
En consecuencia, tu objetivo debe ser lograr un trabajo como jefe, no como profesor, enfermero, etc., que te permita ganar los 5.000 â‚Ź. Pero, Âży si no estoy preparado para esa responsabilidad? ÂżY si tengo que renunciar a gran parte de mi vida personal? ÂżY si al final afecta a mi salud?
Cuando se logran las expectativas pero no eres feliz
Entonces llegamos aquĂ a otro problema con las expectativas. A veces conseguimos lo que queremos, pero después nos damos cuenta que no era como esperĂĄbamos. Lograr un puesto de responsabilidad en una empresa acarrea a menudo obligaciones, pérdida de tiempo libre, ansiedad, estrés, etc., que pueden hacer que, una vez logrado el salario deseado, simplemente no sintamos felicidad, sino infelicidad.
Pero ahora imaginemos que has conseguido un puesto directivo y llevas bien las exigencias del mismo. Ya tienes 5.000 â‚Ź al mes y tu estilo de vida empieza a cambiar a mejor. Empiezas a salir con tus nuevos compaĂąeros de trabajo e ir a comer a restaurantes caros, necesitas comprarte vestimenta cara para el trabajo, etc. Tienes que cuidar tu imagen porque eres un jefe, por lo cual tienes que comprarte un coche mejor, e incluso consideras que tendrĂas que mudarte a un barrio mejor.
De pronto te das cuenta que el sueldo que tienes no te da para todo lo que necesitas acorde a tu nuevo estilo de vida. Empiezas a pensar que todo serĂa perfecto si consiguieras un aumento de sueldo lo antes posible, ya que asĂ te mudarĂas a esa casa tan bonita en un barrio mĂĄs bonito y cerca del nuevo trabajo.
AsĂ ya habrĂĄs entrado en la rueda de la infelicidad otra vez, sin apenas haber disfrutado de nueva situaciĂłn, cuando pasaste de ganar 2.000 a 5.000 â‚Ź. Ahora te comparas con compaĂąeros y jefes que estĂĄn ganando 8.000 â‚Ź o incluso mĂĄs, y les envidias. Te sientes pequeĂąo al lado de ellos, porque ellos pueden permitirse cosas que tĂş no, y te sientes infeliz.
Esta situaciĂłn se da frecuentemente en todos nosotros, porque pocas veces nos conformamos con lo que tenemos. Siempre queremos mĂĄs, y nos comparamos con los demĂĄs. Si mis amigos pueden, Âżporqué yo NO? La envidia nos hace muy infelices. No nos alegramos por los demĂĄs, sino que acostumbramos a considerar que es injusto.Ya sabemos por qué no somos felices. Al basar nuestra felicidad en tener siempre mĂĄs, compararnos con otros que tienen mĂĄs y situar nuestras expectativas muy por encima de la realidad, lo que hacemos es alimentar nuestra insatisfacciĂłn. ÂżTenemos que aspirar a menos? No necesariamente, pero debemos ajustarnos a la realidad, y depender menos de lo que opinen los demĂĄs. En lugar de querer aparentar y tener igual o mĂĄs que los demĂĄs, lo que necesitamos es preguntarnos qué es lo que realmente nos hace felices, y entonces ir en esa direcciĂłn.
Como escribĂ hace tiempo, en el principio del Ăşltimo capĂtulo de mi primer libro “Supera tus miedos y alcanza tus sueĂąos”, citando una frase célebre de Abraham Lincoln:
“La mayorĂa de las personas son tan felices como decidan serlo.”
Imagen cortesĂa de graur razvan ionut| Freedigitalphotos.net
MĂĄs informaciĂłn| TED Youtube
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