El cine de terror es quizá de los más populares que existen, está en expansión constante, el género es de lo más variado, y está constantemente reinventándose, pocos géneros cinematográficos demandan tanta creatividad y arrojo por parte de los directores que persiguen sus sendas.
Pero el miedo, en realidad es algo que causa ansiedad, es una respuesta evolutiva que involucra instintos básicos, como el de “correr o pelear” que hacen que nuestro cuerpo se prepare para luchar por su vida. ¿Cómo puede ser eso algo placentero? Parece ser todo lo contrario, pero cada día más y más personas abarrotan los cines para recibir un buen susto. ¿Por qué?
¿Por qué nos intriga tanto el cine de terror?
Anticipación
La clave está en la anticipación. Esto es algo que las películas de horror ofrecen y que es comparado con lo que sentimos cuando vamos en una montaña rusa, subiendo lentamente antes de caer al vacío a varias veces la velocidad que provee la gravedad de la Tierra. Esta anticipación es lo que hace que los sustos en las salas de cine o frente a tu televisor, sean placenteros.
Las películas de horror proveen de anticipación, lo que hace que el susto sea placentero
Pero esta antelación ocurre en un ambiente que consideramos inofensivo, no sería lo mismo si un loco con sierra eléctrica se apareciera en tu casa, a que lo veas en la televisión. Igual, no es lo mismo ir en la montaña rusa a caer por un barranco dentro de un automóvil. Sabemos que estamos a salvo, y eso lo vuelve placentero.
Drogas naturales
Lo que ocurre en medio de la antelación y del susto es un choque entre el cerebro consciente y el cerebro inconsciente, es decir, aquel encargado de las funciones corporales que no controlamos. Este último prepara al cuerpo para pelear o huir, para preservar la vida. Así, se disparan impulsos que liberan una serie de hormonas, como adrenalina y cortisol.
Pasado el susto, nuestros cuerpos se inundan de hormonas placenteras
Pero nuestros cuerpos no pelean, estamos conscientes que nada malo va a pasarnos, así, pasado el susto y la antelación, el cuerpo debe regular los químicos liberados, y secreta endorfinas, por lo que nos sentimos vigorizados por la adrenalina, y luego sentimos placer por las dopaminas y serotonina, que nos devuelven a un estado estable. Comenta y comparte.
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