Revista Insólito

¿Por qué nos gustan tanto los Zombies?

Publicado el 22 febrero 2013 por Ezeqdb
¿Por qué nos gustan tanto los Zombies?
Es una pregunta que me he hecho más de una vez, y estoy seguro de no ser el único. No tiene mucho sentido hablar del origen histórico, en el que según las leyendas haitianas, los hechiceros despertaban muertos para usarlos de esclavos. Lo que nos interesan son los zombies modernos.
Durante el siglo XX, el director George A. Romero creó un punto de inflexión al crear los primeros muertos-vivos contemporáneos en La noche de los muertos vivientes (1968). Estos monstruos caminan por la calle con la ropa hecha harapos e intentan morder y comerse a la gente. Las víctimas, luego de un rato de ser "contagiadas" se convierten en uno de ellos.
El género siguió creciendo con numerosas películas (muchas del mismo director), y la idea fue tomando forma. Las producciones siempre eran de bajo presupuesto y los guiones se enmarcaban en el género de terror con mucha violencia explícita. El amanecer del nuevo siglo trajo un nuevo capítulo para estas historias: en 2002 salieron Resident Evil (basada en un videojuego homónimo) y 28 days later (28 días después en España, o Exterminio en latinoamérica). Los zombies solían ser lentos y torpes, pero la gente se acostumbró a la violencia y en estas producciones multimillonarias se mostraron como verdaderos depredadores capaces de correr como caballos y atravesar puertas a cabezasos.
En esta última década han aparecido unas dos docenas de producciones de diferentes países y directores. Digo producciones porque además de películas han salido videojuegos (Left 4 Dead), comics (The Walking Dead), miniseries (Dead Set), y hasta una serie que ya lleva tres temporadas (The Walking Dead, basada en el cómic).
¿Por qué nos gustan tanto los Zombies?
El fenómeno Z es bastante único, hasta tal punto que es un género en sí mismo. La mayoría de los mundos creados por diferentes guionistas y autores comparten las mismas características:
  • Son realistas, en el sentido de que no existen entes paranormales. Una de las excepciones es Soy Leyenda (2007) con Will Smith, en la que los zombies no son tan tradicionales y tienen ciertos rasgos vampirezcos como quemarse con el sol. Y tal vez también REC (2007), que plantea un origen de la enfermedad relacionado con poseciones demoníacas, pero luego se contagia de la forma tradicional.
  • La causa (etiología de la enfermedad podríamos decir) es un virus o una bacteria de origen desconocido. El mundo civilizado se va a la mierda tan rápido que los científicos no llegan a descubrir del todo de qué se trata pero muchos especulan con que podría ser una mutación de la rabia.
  • Sea lo que sea, se contagia a través de secreciones corporales (en 28 days later, un personaje se contagia al caerle en el ojo una gota de sangre infectada). Parecido al HIV, salvo que tal vez también a través de la saliva, y al día de hoy ninguna narración que haya visto plantea contagios a partir de secreciones sexuales (por suerte). 
  • Sólo se los puede "matar" dañando el cerebro: balazo, machetazo, arponazo, flechazo. Lo que los personajes tengan a mano. Son inmunes a cualquier otro daño físico y no se cansan, por lo menos en unos meses.
  • Su motivación es comer o contagiar humanos.
  • El nivel de agresividad e inteligencia varía de película en película. En Land of the Dead (2005), tienen reminicencias de lo que hacían en su vida y pueden usar herramientas y aprender cosas básicas.

Una de las únicas excepciones al respecto del contagio (dentro de las series más canónicas de zombies), es The Walking Dead, en donde toda la humanidad está infectada y los caminantes despiertan luego de morir. Esto es descubierto por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas, que siguió funcionando con generadores por varias semanas luego de que se cortó el suministro eléctrico. También lograron hacer una tomografía de una persona transformándose, en donde verificaron que el virus destruye completamente el córtex cerebral, eliminando cualquier capacidad de encontrar una cura. Los caminantes conservan sus instintos básicos (comer y alimentarse) gracias a que la amígdala no se ve afectada.
En la vida real el cerebro no funciona exactamente así (y aunque lo hiciera necesitaríamos el córtex para sincronizar las ansias de comer personas con los sentidos, el sistema circulatorio y demás). Pero es un interesante avance.
Lo que me llevó a pensar en este post fue haber leído la novela Cell de Stephen King, que se desvía un poco de la temática de morder y contagiar, ya que las personas se convierten al recibir una llamada telefónica con un extraño pitido que les "formatea" el cerebro. Y recién haber terminado con Apocalipsis Z del español Manuel Loureiro.
No soy de los que leen literatura rusa del siglo XVII (por nombrar algo extraño y esnob), pero aun así me sorprendía que me llamen la atención estas historias aparentemente tan simples y frívolas. Por eso me vi en la necesidad de intentar justificar racionalmente mi afición.
En un principio, el punto más importante que desarrollan las historias de zombies es una interesante radiografía de la sociedad. Día a día nos cuesta darnos cuenta de que cómo funciona nuestra civilización, pero ante la introducción de un factor desestabilizador se puede ir todo por el retrete. En este caso el factor es una enfermedad altamente contagiosa y violenta, pero en otras historias apocalípticas puede ser un meteorito, un volcán, una guerra nuclear o una crisis climática (ninguna de las cuales es imposible).
En un abrir y cerrar de ojos, el Ser Humano se encuentra nuevamente en el estado de naturaleza. Pero no somos una tribu de docenas de cazadores y recolectores, sino sietemil millones de bocas que alimentar que dependen de cosas que ya no existen: se rompen los generadores eléctricos y con eso el bombeo de gas y de agua. Las urbes dejan de ser abastecidas por camiones con toneladas de alimentos cada día y la basura comienza a acumularse en las calles.
¿Por qué nos gustan tanto los Zombies?  (Daryl Dixon de The Walking Dead para las chicas)
No tenemos más agua ni comida, y las habilidades que antes eran valoradas, como ser programador, abogado, contador o diseñador se transforman en un lastre, ya que el sedentarismo está relacionado con la obesidad y la debilidad física. Ni si quiera es suficiente tener un arma, porque las municiones son limitadas. (Sí, la ballesta de Daryl puede ser una opción)
Tal vez lo que quieren mostrarnos es que no somos superpoderosos como creemos, y que nuestra sociedad es más delicada que un castillo de naipes.
LiveScience entrevistó recientemente a Angela Becerra Vidergar, una investigadora de literatura comparada de Stanford (que aunque no lo crean se dedica a este tema). La señorita ha descubierto que la mayoría de las historias apocalípticas surgieron luego de sucesos con abundante violencia como la Segunda Guerra Mundial o el atentado a las Torres Gemelas. Puede que las historias de muertos caminantes y ciudades en llamas nos sirvan para comprender las cuestiones éticas y filosóficas que envolvieron a los supervivientes y prepararnos psicológicamente para algo de ese estilo.
“Incluso si como sociedad hemos perdido nuestro optimismo respecto al futuro, y en su lugar estamos esperando algún tipo de catástrofe, aun así nos entendemos como supervivientes, y queremos creer que vamos a sobrevivir” dice la especialista en zombies de Stanford.
Por otro lado, los menos academicistas opinan que un ataque de zombies es la excusa perfecta para ponerle un tiro en la entreceja a ese vecino molesto, y no tener problemas con la ley.

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