El eccema ótico es el picor que tenemos de oído cuando se nos descama la piel del conducto auditivo.
Muchas veces, esta
descamación nos la provocamos nosotros mismos al introducir objetos en el oído para rascarnos cuando nos pica o para limpiarnos las orejas, como los típicos bastoncillos de algodón.
Las consultas de los
otrorrinolaringólogos están llenas de personas que van para intentar encontrar una solución a este problema tan molesto y que además se cronifica.
El
picor de oídos es mucho más frecuente y molesto de lo que nos podamos imaginar. De hecho, llega a molestar tanto que las personas acaban por acudir a un otorrinolaringólogo para que los mire y les de algún tipo de tratamiento para acabar con ese picor. Además, hay que recordar que es un tipo de patología que siempre vuelve porque es
crónico. Se trata de un eccema muy común llamado
eccema ótico.
Uno de los problemas del que suele ir acompañado es que la gente, por intentar aliviar el picor a toda costa, se mete en el oído cualquier objeto que en ese momento pueda calmar esa sensación y dejar de rascarse. Aunque en un principio la persona se sienta más aliviada, pero eso aún hace que se inflame más y vuelva a picar de nuevo. Peor aún si está asociado a un tipo de eccema por
dermatitis atópica o
seborreica,
psoriasis o incluso
acné. Por eso es importante que no empleemos cualquier cosa para rascarnos o limpiarnos los oídos y que además mantengamos esta limpieza de forma habitual. Lo más aconsejable es emplear los sprays auditivos para no lastimar el conducto.
Hay que tener en cuenta que el hecho de meterse cualquier cosa en el oído provoca una
abrasión, y esto hace que la piel del conducto auditivo quede mucho más delgada y se descame, lo cual suele hacer que se vuelva en un problema crónico. Es más,
se acumulan restos de piel y sustancias que causan infecciones y hongos en el oído.
Por lo general, algunos de los
síntomas que todos tienen es un picor muy fuerte, la zona del conducto se enrojece y se vuelve seca y con descamaciones. A veces puede llegar incluso a doler y supurar pus o sangre. Todo ello hace que la persona que lo sufra esté incómoda e irascible. Y puede llegar a influir en la calidad de vida y en el rendimiento escolar o en el trabajo porque hace que las personas no puedan concentrarse y descansen mal porque les cuesta dormirse. Hay quienes incluso acaban teniendo episodios de
ansiedad.
¿Qué hay que hacer? Mantener una buena
limpieza de los oídos y llevarlos siempre bien
hidratados. Se recomienda el uso de
aceites esenciales para mantener una hidratación correcta del conducto auditivo, además de ayudar a restaurar la piel y reducir la inflamación. Para la limpieza ya hemos comentado que lo mejor es el uso de sprays especiales para esta zona.
Es importante también tener en cuenta que no debemos emplear
bastoncillos para realizar la limpieza auditiva. También son abrasivos y más aún en casos de eccema ótico.
En los casos severos se emplean
esteroides, pero eso ya debe diagnosticarlo y recetarlo el médico. De hecho, siempre que se tenga un picor de oído recurrente es aconsejable acudir a un especialista para que mire la gravedad de la situación y para que nos de el tratamiento adecuado en cada caso.