¿Por qué olvidamos los nombres? Desde la perspectiva psicoanalítica y cognitiva

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Olvidar / Shutterstock

¿A quién no le ha pasado que se le olvida el nombre de alguna persona, ya sea de un músico, futbolista, escritor o hasta el de un amigo que no ve desde hace meses? Este “olvido repentino” nos suele pasar a todos, casi todos los días, sin importar la edad, desde los más jóvenes hasta los mayores.

Explicación psicoanalítica

La razón del olvido del nombre no debe buscarse en una particularidad del mismo, ni tampoco en un especial carácter psicológico del contexto en que se hallaba incluido.  En el intento generalmente fallido por recordar ese nombre que deseamos traer a la consciencia, se generan “recuerdos erróneos” los cuales producen nombres sustitutos; estos son generados con mucha frecuencia y que están en visible conexión con el nombre buscado, se podría pensar que el inconsciente se encarga de enviar estos “nombres sustitutos” como una táctica de desvío entre el nombre que queremos recordar y la consciencia ya que éste nombre está asociado a algún recuerdo (algún suceso doloroso, traumático, no agradable) que fue reprimido por nuestros mecanismos defensivos.

La percepción del nombre sustituto por la consciencia parece estar regulada por dos factores: el esfuerzo de atención y una determinante interna inherente al material psíquico.

Se utilizará como ejemplo el célebre caso descrito por el mismo Freud:

Freud cuenta un caso personal en el cuál él se encuentra viajando hacia Herzegovina con un extraño y, mientras conversaban, Freud intenta recordar el nombre “Signorelli” pero en su lugar recuerda Botticelli y Boltraffio (ambos pintores). Cuando el extraño lo ayuda a recordar diciendo “Signorelli” Freud recuerda rápidamente pero decide reconstruir el camino de su olvido.

La percepción del nombre sustituto por la consciencia parece estar regulada por dos factores: el esfuerzo de atención y una determinante interna inherente al material psíquico

En primer lugar cuál era el tema que se venía hablando previo a Signorelli ya que se podía haber filtrado algo del tema anterior. Recuerda que habían estado conversando acerca de los turcos de Bosnia y Herzegovina y sus características. Los turcos tenían una resignación frente al destino y cuando se les comunicaba que se acercaba la hora de la muerte solían decir “Herr, no hay nada más que decir” (Resignación frente a la muerte). Para los turcos el goce sexual era lo más importante: “Herr, cuándo eso ya no ande no vale la pena vivir” (Resignación frente al achaque sexual).

Al mencionar el tema de sexualidad en los turcos, Freud desvía su atención ya que le parece inapropiado hablar del tema con el extraño; reprime o evita anudar los temas de muerte y sexualidad pero inconscientemente se anudan igual.

Freud se pregunta: ¿Por qué habré querido evitar el tema de muerte y sexualidad? Luego de esto recuerda que hace un tiempo, estando en Trafoi, le habían contado la noticia de que un paciente suyo se había suicidado a causa de una perturbación sexual. Freud había querido evitar los temas de muerte y sexualidad porque lo perturbaban y producían dolor pero el inconsciente insistió y lo hizo aparecer de algún modo reprimiendo el nombre Signorelli.

Freud no quiso olvidar el nombre Signorelli sino la noticia en Trafoi asociada a la muerte de su paciente.

Freud se pregunta: ¿Por qué habré querido evitar el tema de muerte y sexualidad?

El resumen de las condicionantes del olvido de nombres, acompañado del recuerdo erróneo, será, pues, el siguiente:

1º. Una determinada disposición para el olvido del nombre de que se trate.

2º. Un proceso represivo llevado a cabo poco tiempo antes.

3º. La posibilidad de una asociación externa entre el nombre que se olvida y el elemento anteriormente reprimido.

Esta última condición no debe considerarse muy importante, pues la asociación externa referida se establece con gran facilidad y puede considerarse existente en la mayoría de los casos. Otra cuestión de más profundo alcance es la de si tal asociación externa puede ser condición suficiente para que el elemento reprimido perturbe la reproducción del nombre buscado o si no será además necesario que exista una conexión más íntima entre los temas respectivos. Una observación superficial haría rechazar el último postulado y considerar suficiente la contigüidad temporal, aun siendo los contenidos totalmente distintos; pero si se profundiza más, se hallará que los elementos unidos por una asociación externa (el reprimido y el nuevo) poseen con mayor frecuencia una conexión de contenido (Freud, 1901).

Explicación cognitiva

De igual forma como vimos el desarrollo de este fenómeno desde la perspectiva psicoanalítica freudiana, lo veremos desde la perspectiva cognitiva, la cual cuenta con el apoyo científico y empírico de las investigaciones.

Para iniciar debemos preguntarnos: ¿qué es la memoria? Y ¿cómo funciona?

La memoria es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar la información del pasado. Algunas teorías afirman que surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo).

Procesos básicos de la memoria

Los seres humanos construimos y renovamos nuestra representación del mundo a partir de tres procesos cognitivos fundamentales (García, 2012):

  • La percepción
  • El aprendizaje
  • La memoria

El aprendizaje consiste en adquirir conocimientos sobre el mundo a través de la experiencia, y la memoria es la retención y evocación de esos conocimientos.

La memoria tiene tres funciones básicas: recoge nueva información, organiza la información para que tenga un significado y la recupera cuando necesita recordar algo.

El recuerdo de rostros, datos, hechos, conocimientos, consta de tres etapas: codificación, almacenamiento y recuperación.

La memoria es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar la información del pasado

Los seres humanos construimos y renovamos nuestra representación del mundo

  • Codificación: es la transformación de los estímulos en una representación mental.
  • Almacenamiento: consiste en retener los datos en la memoria para utilizarlos posteriormente.
  • Recuperación: es la forma en que las personas acceden a la información almacenada en su memoria. Puede ser espontánea, cuando los recuerdos surgen de forma casual o voluntaria.

Los psicólogos Richard Atkinson y Richard Shiffrin (1968) desarrollaron la teoría multialmacén de la memoria, y reconocieron tres sistemas de memoria que se comunican e interactúan entre sí:

Memoria sensorial (MS): registra las sensaciones y permite reconocer las características físicas de los estímulos.

Memoria de corto plazo (MCP): guarda la información que necesitamos en el momento presente.

Memoria a largo plazo (MLP): conserva nuestros conocimientos del mundo para utilizarlos posteriormente. Es nuestra base de datos permanente.

No existe un único lugar físico para la memoria en nuestro cerebro. La memoria está diseminada por distintas localizaciones especializadas. Mientras en algunas regiones del córtex temporal están almacenados los recuerdos de nuestra más tierna infancia, el significado de las palabras se guarda en la región central del hemisferio derecho y los datos de aprendizaje en el córtex parieto-temporal. Los lóbulos frontales se dedican a organizar la percepción y el pensamiento. Muchos de nuestros automatismos están almacenados en el cerebelo.

Ahora que somos conscientes de la estructura y del funcionamiento básico de la memoria, podemos entender mejor el fenómeno del olvido de los nombres desde la perspectiva cognitiva.

No existe un único lugar físico para la memoria en nuestro cerebro

Observemos directamente el funcionamiento de la memoria a corto plazo, en la cual sucede el fenómeno de interés.

La función de la MCP como ya se mencionó es la de organizar y analizar la información (reconocer caras, recordar nombres, contestar en un examen, etc.) e interpretar nuestras experiencias (Atkinson & Shiffrin, 1968).

Características de la MCP:

La información es codificada en la MCP sobre todo de forma visual y acústica, y en menor medida por signos semánticos. Es una memoria de trabajo que integra todos los conocimientos y recuerdos que importan en la situación presente y ante los problemas del futuro.

La capacidad de almacenamiento de la MCP es limitada, no puede retener más de siete ítems (unidades de información) a la vez y eso si no se le distrae mientras lo registra. Los recuerdos de la memoria a corto plazo se pueden alterar por nuevas experiencias.

La duración temporal de la información en la MCP es breve, entre 18 y 20 segundos. Si la información se interpreta y organiza de forma lógica, puede ser recordada más tiempo.

Ya que conocemos dónde radica científicamente el problema del olvido de los nombres (MCP) debemos de conocer su otra parte, el olvido, ya que juega un rol igual de importante para responder la pregunta del artículo.

Qué mejor forma de iniciar que preguntándonos: ¿qué es el olvido?

William James decía: “Si lo recordáramos todo, estaríamos tan enfermos como si no recordáramos nada”.

El olvido es la incapacidad de recordar nombres, fechas, hechos o conocimientos. Se produce por una saturación de información o fallos en la recuperación.

Las causas del olvido son muy diversas (García, 2012):

Lesión o degeneración cerebral: el olvido se produce porque la persona tiene una lesión cerebral o por alteraciones neurológicas, como, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer o el síndrome de Korsafoff de los alcohólicos.

William James decía: “Si lo recordáramos todo, estaríamos tan enfermos como si no recordáramos nada”

Interferencia: se produce a causa de la competencia entre las experiencias que una persona vive. Se pueden distinguir dos tipos de interferencias: la interferencia proactiva, por la cual una información aprendida dificulta un aprendizaje posterior (por ejemplo, un estudiante de leyes que al analizar una oposición tiene que adaptarse a una nueva legislación), y la interferencia retroactiva, que se produce cuando un aprendizaje reciente interfiere en el recuerdo de la información pasada (por ejemplo, la memorización de un nuevo idioma interfiere con la persistencia de los idiomas ya aprendidos).

Falta de procesamiento: la información se puede olvidar porque nunca se procesó por primera vez, y los recuerdos se disipan con el tiempo, si no se utilizan.

Contexto inadecuado: la información es difícil de recuperar porque se aprendió en un ambiente diferente.

Represión (olvido motivado): la persona olvida porque la información es perturbadora o dolorosa.

Bibliografía:

  • Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen VI. Psicopatología de la vida cotidiana (1901). Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error) (1901).
  • Explorable.com (May 23, 2011). El Modelo de Atkinson y Shiffrin. Oct 04, 2016 Obtenido de Explorable.com: https://explorable.com/es/el-modelo-de-atkinson-y-shiffrin
  • Alfonso García, (2012) Psicología, Madrid:Mac-Graw Hill