Revista Salud y Bienestar

¿Por qué se caen los glúteos?

Por Gabyescob

¿Te ves con una cola que no te agrada? ¿Ves a tus glúteos caídos? Ante todo, debes saber que no eres la única a la cual esto le sucede. A diario, muchas mujeres quedan insatisfechas, no conformes con la imagen de su trasero que les devuelve el espejo cuando se miran en él. “¿Por qué se caen los glúteos?”, se preguntarán muchas, al igual que tú.

Las causas son múltiples, ya que no existe sólo una única razón, por lo cual la causa por la cual a ti se te han caído los glúteos muy probablemente no sea la misma causa de tu vecina, tu hermana o una amiga. Cada cuerpo es único y particular, y también tú tienes hábitos y modos de vida diferentes de las demás mujeres que te rodean.

Devela el secreto de por qué se caen los glúteos

Una causa frecuente es por ejemplo la falta de actividad física, sobre todo en aquellas mujeres que llevan un modo de vida casi o totalmente sedentario. Por sedentario se entiende que no realizan ningún tipo de ejercicios o actividad física, y además entran en juego otros factores como el hecho de permanecer muchas horas al día en posición sentada, como las mujeres que desempeñan sus labores en oficinas.

¿Por qué se caen los glúteos?

En general, esta falta de actividad física se conjuga con una alimentación desbalanceada, donde se consumen contenidos grasos o no se respeta una rutina diaria de comidas, como el clásico caso de “comer a cualquier hora”. Esto es sin dudas el reflejo de una mala nutrición.

El embarazo o cuando se producen disminuciones y aumentos de peso constantes o incluso cuando se ha disminuido mucho de peso de una sola vez, la piel sufre estiramientos que luego la hacen lucir flácida.

Para estos casos, nada mejor que prevenir, colocando siempre luego de ducharte, una buena cantidad de crema hidratante o reafirmante en las zonas críticas del cuerpo: glúteos, abdomen y brazos. En especial, se recomiendan las que contienen algunos de estos componentes: vitamina E, manteca de cacao, aceite de almendras, centella asiática, miel, avena, oliva y ginkgo biloba.


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