Revista Educación

Por qué se empeñan en decirnos que con el segundo la faena se triplica?

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi

Por qué se empeñan en decirnos que con el segundo la faena se triplica?

Ya está. Después de un año, Míster puede sentir que tiene habitación y que no está de okupa en la de su hermana.

Por qué se empeñan en decirnos que con el segundo la faena se triplica?

Puerta de la habitación de Miss y Míster


Y es que pobre, es lo que tiene ser el segundo y tener unos padres que ya van de vuelta con todo, o eso creen ellos. El nombre de su hermana lleva puesto desde al menos un mes antes de que ella naciera, sin embargo el de él lo pusimos estando a puntito de cumplir su primer año. Y es esto importante? Pues no mucho, no se le va la vida a nadie por ello, pero es significativo y revelador de lo diferente que nos comportamos con el segundo hijo respecto del primero. Y con posteriores si los hubiera no me quiero ni imaginar.
Ya el segundo embarazo no tiene nada que ver con el primero, mental y comportamentalmente hablando. Desde comer jamón - en veces contadas, eso sí - o ponerme a tender la ropa a las pocas horas de la amniocentesis, hasta el olvido de analíticas y toma de "complementos" (hierro, ácido fólico...), algo impensable todo esto en el embarazo de Miss.
Y el post parto? Ni rastro de los momentos de tristeza o incertidumbre que me invadieron tras nacer Miss. Y gracias a Dios a mí, ni rastro tampoco del abandono físico cuando primeriza; en el segundo al menos las lentillas y el peine no quedaron relegados a un mañana y estuvieron ahí desde el primer día, quedando desterrados el turbante para el pelo, las gafas para la calle y el chándal como uniforme.
Esta maternidad está siendo mucho más relajada, también porque me he vuelto mucho más pragmática. Nada de tener 8 biberones, uno para cada toma, y esterilizarlos lo hice sólo durante dos meses, no hasta pasados los ocho como con Miss. El culete de Míster ha visto la crema en tres o cuatro ocasiones, mientras que con Miss era un embadurnamiento detrás de otro, no fuera que se le pusiera el culo como el de un mandril con el roce del pipí. La asepsia del chupete se ha basado, a lo sumo, en pasarlo bajo el grifo; aun gracias que no he llegado a lo de chuparlo yo para "limpiarlo", aunque eso creo que ni en una supuesta quinta o sexta maternidad, porque lo veo realmente asqueroso. Pesarle cada semana? pero si ya lo pesan en las revisiones, que por cierto han sido las justas y por la Seguridad Social; con Miss iba cada mes al pediatra privado, además de a la de la Seguridad social cuando tocaba, sin embargo con Míster no he ido aun al primero a pesar de estar incluido en Adeslas. Y el aparato ese que todo lo oye y todo lo ve? Creo que al peque se lo hemos puesto no más de un par de semanas. Ropa tiene la justa y necesaria, que si pasan más de tres días sin poner lavadora ya no tengo qué ponerle; sin embargo de Miss guardé cajas y cajas, hasta con ropa sin estrenar.
Míster también ha padecido, pobre, cierta dejadez por parte de sus padres, es decir, Papágoloso y servidora. El cambio de la minicuna a la cuna fue a sus casi siete meses, que el pobre ya tenía la cabeza tocando una punta y los pies la otra, pero cosas que pasan:
- Hay que montar la cuna, que a Miss se la montamos dos meses antes de nacer y Míster ya tiene cuatro.
- Ay! Sí, a ver si vamos a casa de tu hermana y la traemos
(al mes)
- Oye, que hay que traer la cuna y montarla, que el pobre no parece cómodo
- Bueno, pues a ver cuándo podemos acercarnos
(otro mes más)
- Joder, va a ser que el niño duerme tan mal porque no puede moverse, no crees?
- Venga, vamos a traer la cuna
(dos días después)
- Mareeee, pobrecito, quélástimaminiño lo mal que tenía que estar durmiendo.
- Sí, la verdad es que ha dormido como un angelito. Será la cuna
Respecto a las manías sobre el colecho también ha habido cambios. Miss no durmió una noche con nosotros si no fue por estar enferma. Si hacía falta me pasaba dos horas con ella en su habitación, tocándola en la cuna o en brazos conmigo sentada, pero a nuestra cama no. Con Míster no hemos tenido tanta paciencia y el cansancio ha podido con nosotros. La suerte en ambos casos es que los dos casi siempre han dormido bien en su cuna, sin dramas ni historias; incluso Míster a pesar del colecho puntual.
Y lo de dejarle con alguien? Con sólo pensar en dejar a Miss con otra persona se me iba la vida. Con Míster, quizá porque no he tenido más remedio para poder hacer según qué cosas con su hermana, no me lo he pensado un segundo. (Queda apuntado hacer post sobre la anécdota al dejarle a cargo de mi hermana para irnos a Aquarama)
Y podría seguir con decenas de cosas similares, pero creo que ya os habéis hecho a la idea. Que no os engañen ni os quiten las ganas de ir a por un segundo. Sí, es verdad que dos dan más faena que uno, eso es lógico, pero lo que me decían de "vas a flipar con dos; que no es sólo uno más, es que pasar de uno a dos es como triplicar o cuatriplicar la faena, como si tuvieras cuatro hijos" no es cierto, o no lo ha sido en mi caso. Tiempo, economía y reparto de atención mandan. Y organización, pragmatismo y perspectiva son mis tácticas.
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