Un toro arrastra cientos de metros a un mozo al que tiene apresado luego de atravesarle la ropa con un cuerno. Un anciano de 73 años clavado en el muslo por un asta. Un turista japonés trasladado al hospital en camilla, con un cuello ortopédico. Y cientos de golpes, tropiezos y pisotones.
Son algunas de las imágenes de la celebración realizada este sábado 7 de julio de 2012, pero no se diferencian de las que se ven todos los años. ¿Por qué las personas disfrutan tanto de esta ceremonia?
Los festejos de San Fermín comenzaron en la Edad Media. Más allá de la música y el baile, lo que los distingue son los encierros. Cada mañana, del 7 al 14 de julio, las personas corren 850 metros hacia la plaza, perseguidos por seis toros de media tonelada.
San Fermín es el patrón de Navarra, objeto de la celebración. ¿Por qué los toros? A partir del siglo XII, la ceremonia empezó a coincidir con las ferias de ganado y con los festejos taurinos. Entonces comenzaron los encierros.
El año pasado participaron 20.500 personas a lo largo de la semana. Casi la mitad eran extranjeros, procedentes en su mayoría de Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña. Entre 200 y 300 personas suelen resultar heridas y el último muerto se produjo en 2009, cuando un hombre de 27 años recibió cornadas en el cuello, el corazón y los pulmones.
Así, lo que antes era una celebración de la comunidad, donde se festejaba la pertenencia al pueblo, hoy es una forma más de experimentar sensaciones extremas para miles de personas de todo el mundo, que necesitan estar cerca de la muerte para sentirse vivos.
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