Durante los últimos años, la comunidad fumadora de España ha alcanzado niveles altos de participación. Quizás debido a la situación actual que se vive en el país y en general, a nivel mundial, el consumo de tabaco se ha ido incrementando paulatinamente hasta dar una subida escandalosa durante el presente año. Aunque las leyes antitabaco se han encargado de manejar las prohibiciones, lo cierto es que el consumo sigue en aumento, y con ello lamentablemente también aumentan las cifras referentes al contrabando de tabaco.
La evolución del precio del tabaco durante las últimas décadas ha tenido fluctuaciones constantes, sin embargo la tendencia siempre ha sido al alza. Aunque los usuarios asiduos y consumidores activos de tabaco parecen ser muy indiferentes con respecto al costo de su adicción, no son completamente impasibles al momento de buscar nuevas alternativas de compra, situación que pone al contrabando de tabaco como alternativa viable a los precios inasequibles.
En la actualidad, los impuestos recaudados por el tabaco son los más altos de todo el mercado español, como consecuencia del impuesto singular al que está sujeto. Para hablar de cifras reales el 77% del coste de cesión al público del puro equivale a impuestos, sin hablar del 80% que ocupan los cigarrillos tradicionales como los conocemos (el producto más popular), frente al 47% de los carburantes o el 43% que está representado en las bebidas alcohólicas.
¿Ofrece un efecto positivo la recaudación tributaria por tabaco en las condiciones actuales?
Las noticias sobre el contrabando de tabaco siguen llegando desde diferentes puntos especialmente desde Gibraltar y Cataluña. Bajo este panorama, quizás podamos aprender de las situaciones anteriores y comprender que es posible que en la actualidad se haya llegado a una situación en la cual las medidas antitabaco estén empujando a los consumidores prácticamente a los brazos del contrabando, surtiendo de esta manera un efecto contrario al que se busca. 
En este sentido, el incremento regular de los impuestos y la recaudación tributaria por tabaco, solamente tiene un significado: la posibilidad de invertir estos recursos para hacer frente al contrabando. Sin embargo es una cuestión delicada, pues a medida que se lucha contra el tabaquismo con mayores prohibiciones dentro de la escala social, en esa misma medida se hacen más fuertes las denuncias por contrabando en todo el país, es como un balancín que dirige su fuerza de forma inversamente proporcional a la magnitud de peso que tiene.
Por un lado, se encuentra la necesidad de mantener los impuestos, y por el otro se encuentra el déficit que le produce el contrabando a la Hacienda pública, en este caso la situación es parecida a una serpiente que muerde su misma cola, generando un círculo irreversible e infinito que solamente se va haciendo más extenso con el pasar de los años.
¿Qué nos deja de experiencia la historia evolutiva?
La evolución del precio del tabaco durante los últimos años nos deja grandes reflexiones. Primeramente, el modelo de trazabilidad del tabaco implantado durante los últimos años ha logrado de forma efectiva hacer que los sistemas de producción se adecúen a las nuevas obligaciones. Sin embargo cabe preguntarse ¿es esto suficiente o solo es una medida aislada? ¿seguiremos en un futuro incierto presentando el mismo déficit presupuestario en materia de impuestos? La respuesta a esto únicamente la tenemos nosotros como nación; en la medida que cada ciudadano ponga su denuncia contra el contrabando, podremos trazar una nueva historia evolutiva que además de incremento en precios, también nos deje liquidez financiera.
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