Apagar el fuego usando fuego es algo que a nadie en su sano juicio podría llegar a pensar. Cualquiera utilizaría agua.
Es curioso como nos cuesta aplicar simples y triviales decisiones que llevamos a cabo en nuestra vida diaria cuando se trata de decidir nuestro futuro.
Para acabar con una guerra, vamos al país donde está la guerra y hacemos más guerra. Para acabar con la violencia, cualquier tipo de violencia, usamos más violencia. Para acabar con la pseudo-democracia en la que vivimos, seguimos votando.
Si, todo el mundo habla mal de los politicos. Si, todo el mundo se queja de todos los partidos. Pero llegan las elecciones y todo el mundo va a votar. Me recuerda a los programas de corazón. Nadie los ve, todo el mundo los critica. Y tienen la mayor audiencia de la televisión…
Algunas frases que escucho son:
«Para poder quejarse hay que votar». Es una frase que he oído centenares de veces y que yo mismo probablemente pronuncié alguna vez. Pues bien, es, con todo mi respeto, una de la mayores idioteces que podemos pensar. El voto es un derecho, en teoría. No una obligación.
«A alguno hay que votar», «Voto a X por que es el menos malo». Joder, si voy a una tienda a comprar comida y solo hay mierda, mocos y pedos envasados no compro «lo menos malo»…
«La única manera de cambiar las cosas es votando o creando tu propio partido». ¿De verdad? ¿Dar tu voto al menos malo o crear un partido absurdo que diga que va a prohibir la primera chorrada que se te ocurra va a cambiar algo?
«Alguien tiene que administrar esto». Si, y ya hay alguien administrando esto. Bien o mal funcionamos por inercia. ¿De verdad alguien cree que los politicos administran algo? Los cambios a nivel gubernamental son cada vez son más ridículos. Por supuesto que necesitamos administradores. Pero, ¿que tiene eso que ver con los politicos?
«Hay politicos que son buena gente, que están en política por vocación, que son inteligentes, buenos administradores y que además son íntegros». No lo dudo. Pero no van a llegar a un puesto de verdadera responsabilidad sin haberse corrompido por el camino, precisamente por su integridad. El que maneja los hilos necesita a alguien a quien pueda manipular o comprar. Ese politico integro no le vale.
Teoría de la conspiración exclamarán algunos. NO, no es una conspiración. Es la forma en la que funcionan las cosas. Y funcionan así porque nosotros lo permitimos y además lo fomentamos con nuestros votos.
No se que más hace falta para que nos demos cuenta de donde estamos. Los politicos juegan a una especie de juego de mesa en el que los ciudadanos no son más que las fichas. Y que se reparten cada cuatro años. Eso con suerte. Nos roban, nos engañan a diario, comercian con nuestros votos con los demás partidos para conseguir sus objetivos, los programas nunca se cumplen… Les pillan una y otra vez con las manos en la masa y seguimos votando… Creo que aunque el mismísimo rey saliera dando un comunicado especial y nos dijera que todo esto es un paripé, diríamos: vale ¿y a quién votamos ahora?
Estamos donde estamos. Si queremos hacerles ver que se les ha acabado el chollo tenemos que dejar de jugar a su juego ¿Como? No apagando el fuego con fuego. No alimentándoles. No votando. Cuando el índice de participación sea prácticamente nulo deberían darse cuenta de que este modelo ya no les vale. Entonces, es cuando habría hueco para esos buenos administradores con vocación de los que habláis tuvieran su oportunidad. Y aunque lo tendrían realmente difícil, porque que se darían cuenta de lo poco que un politico puede hacer para cambiar algo, y que no son ellos los que realmente nos dirigen, al menos nos quitaríamos el lastre que tenemos ahora.
O también puedes ir a votar y decir: «De acuerdo, esto me vale, seguid así». De cualquier manera la decisión es solo tuya.